Una familia de orcas en la costa de Cobquecura fue registrada a través de videos y fotografías por vecinos de la comuna.
La mayoría de las veces estas especies llegan desde lejos a la costa ñublensina en búsqueda de alimentos. Sin embargo, lo sucedido ayer lunes se trataría, en lo particular, de un proceso de formación de la cría por parte de una pareja.
“Las orcas visitan Cobquecura desde mucho tiempo a esta parte. Ellas tienen este lugar como un punto de alimentación. Son mamíferos, que recorren largas distancias y en sus vueltas vuelven a sus antiguos sitios de alimentación, pues esta zona es una zona de alta concentración de alimentos para ellas y por lo mismo se acercan a la lobería a buscar también alimento”, comentó el encargado de Medio Ambiente de la municipalidad César Águila.
Durante la jornada de ayer un macho adulto (aleta dorsal más larga), una hembra adulta (aleta dorsal más corta) y su cría estuvieron cerca de cuatro horas nadando en el área adyacente a los islotes de la Lobería realizando nados que podrían asociarse a entrenamientos del ejemplar menor, ya que, según expertos, no se observó alimentación de lobos marinos.
“Lo que nosotros apreciamos fue como una especie de formación de la nueva orca, de una familia con una cría pequeña, y a esa cría siempre la estaban como resguardando y enseñando alrededor de la lobería. Por lo tanto, la presencia para nosotros de esta familia de orcas es un bioindicador de que este borde costero es una zona de altísima riqueza en términos biológicos y que requiere ser conservada, preservada para las futuras generaciones, porque no sólo tenemos presencia de orcas, hay una familia de delfines que viven en el sector de la orilla. Periódicamente vemos ballenas, cada cierto tiempo aparecen elefantes marinos, etc”, explicó.
La presencia de estos cetáceos frente a las costas de Ñuble es bastante frecuente, y han sido los propios pescadores artesanales de Cobquecura y usuarios del mar (surfistas principalmente) quienes han entregado información adicional sobre los avistamientos, que también han sido analizados por la Universidad de Concepción, a través del Programa FIC Costa Ñuble sustentable.
“Esta información, complementada con nuestros registros y monitoreos realizados por el equipo de la UdeC desde el año 2008, nos ha permitido ir generando un registro histórico de la presencia de esta especie en las costas de Ñuble. Hasta la fecha tenemos más de 20 avistamientos de esta especie en áreas que van desde los 50 metros hasta los 2 kilómetros de distancia de la costa. Tampoco se ha observado una estacionalidad marcada, si no que su presencia se asocia a la aparición de cardúmenes (alimento), y en algunos casos a comportamientos que podríamos categorizar en entrenamiento a sus crías y juveniles. En pocas ocasiones se han observado alimentándose directamente de lobos, aunque tenemos algunos registros de estos eventos”, detalló el director del Programa FIC Costa Ñuble Sustentable y académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, Dr. Renato Quiñones.
Según recordó el coordinador de este programa, Pablo Carrasco, fue en mayo de 2019 cuando el equipo de investigación captó su primer avistamiento. “Durante la ejecución de un censo de lobos marinos en el Santuario de la Naturaleza de Cobquecura. Ese día observamos una familia de cuatro individuos, el macho y hembra adultos y dos juveniles, en esa oportunidad esta manada de orcas estuvo asociado a un cardumen de sierra a unos 800 metros de la costa frente a la caleta Rinconada de Taucú”, añadió.
La orca es una especie de delfín más grande del mundo, su distribución abarca todos los océanos prefiriendo aguas más frías, y actualmente su categoría de conservación está en “datos deficientes” según la Lista Roja de especies de la International Union for Conservation of Nature (IUCN 2017). Su alimentación es bastante amplia, incluyendo otros mamíferos como lobos marinos, otras ballenas, distintos tipos de peces y también algunos moluscos como pulpos y calamares.
Acelerar el AMPS
Para el vocero de “Todos somos Cobquecura”, Cristóbal Bustos, la presencia de estos mamíferos marinos en la costa representa la necesidad de intensificar el resguardo de la zona, más allá del Santuario de la Naturaleza, Lobería-Iglesia de Piedra, acelerando los pasos para implementar un Área Marina Protegida de múltiples usos en toda la costa, para evitar el ingreso de barcos pesqueros de mayor longitud.
“Se tiene que acelerar, hacerlo bien, porque en cualquier minuto entran nuevas embarcaciones o se instala una empresa grande frente a los delfines. Está protegida la lobería y la iglesia, un polígono muy chiquito, entonces, al lado puede pasar lo que sea, donde también hay biodiversidad. Entonces lo que hagan al lado, que no está en el polígono, va afectar la vida de las ballenas que pasan y de los delfines que viven ahí”, recalcó.
