Renovación urgente… ¡por favor!
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Como cada año, desde hace 46 años, el mes de septiembre nos recuerda que seguimos siendo rehenes de nuestro pasado. Nuestra sistema político y económico ha entrado en un bucle del cual no hemos podido salir. Las reminiscencias de la guerra fría marcan el quehacer de viejos y jóvenes, donde la desconfianza y el temor, son ingredientes suficientes para que el gobierno central mantenga ralentizado a muchas de las regiones de nuestro país. Solo en Ñuble, el diario La Discusión de Chillán reveló que, 19 de las 21 comunas que son parte del territorio, están clasificadas entre las de menor desarrollo del país.
Demonizar al Estado como actor relevante en el sistema productivo del país; demonizar a los privados como agentes generadores de prosperidad; demonizar a los políticos como conductores e ideólogos de nuestro futuro; demonizar a los servidores públicos, en su rol de mejorar la calidad de vida de la población; demonizar a los que ganan más, como resultado de su esfuerzo por aportar en productividad; demonizar a quienes son sensibles al sufrimiento ajeno, en su búsqueda de la justicia social e igualdad, etc.
Para romper paradigmas, se requieren líderes con decisión y un profundo amor por Chile; deben ser capaces de sorprender a la población con decisiones audaces y temerarias; líderes que sean pragmáticos al momento de elegir caminos que conducirán al bienestar de la sociedad; en definitiva, líderes capaces de unir manos y corazones para transformar a Chile en el mejor país del mundo para vivir.
En este sentido, por ejemplo, se requieren agallas para impulsar un Estado subsidiario y emprendedor; para llevar a Chile a ser una potencia agroalimentaria, con Ñuble como zona franca agroindustrial, con Maule, Biobío y La Araucanía como productores sostenibles de materias primas agrícolas, insumos y servicio logístico (portuario, aéreo, ferroviario y de infraestructura vial); conducir a Chile a ser una potencia ganadera y lechera, con Osorno como zona franca para la industrialización de la carne y la leche, con Biobío, La Araucanía y Puerto Montt como productores sostenibles de materias primas, insumos y servicio logístico; para suscribir acuerdos estratégicos de largo plazo con países vecinos para asegurar el abastecimiento de materia prima; para consolidar la macro zona forestal como el centro mundial del procesamiento y agregación de valor de la madera.
En resumen, queremos nuevos líderes con la capacidad y la mente abierta para revolucionar nuestro sistema productivo, sin los temores, la desconfianza y la ausencia de compromiso, que hoy los caracteriza.