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Para este jueves, el gobernador, Óscar Crisóstomo, convocó a una reunión con los servicios públicos involucrados en el proyecto de remodelación de avenida Argentina, en Chillán, y en el proyecto de ciclovía para esa misma arteria, entre ellos, el municipio, la Seremía de Vivienda y Urbanismo, el Serviu y la Secretaría de Planificación de Transporte (Sectra).
La reunión surge de la necesidad de ponerse de acuerdo en cómo resolver la superposición de ambos proyectos y avanzar en el objetivo de transformar dicha vía en un espacio público de alto estándar.
El proyecto de remodelación, formulado por la Municipalidad y financiado por el Gobierno Regional, consiste en la intervención de ambos costados de la Avenida Argentina, desde la Avenida Ecuador hasta la Avenida Collín, para transformarlos en un bulevar, y ejecutarlo por etapas. No obstante, debido a algunas dificultades técnicas, el municipio y la Seremía de Vivienda, plantearon la opción de remodelar sólo el costado oriente, dejando pendiente el sector poniente.
Entre los inconvenientes antes mencionados, está precisamente la superposición del proyecto de ciclovías que lleva adelante el Minvu, cuyo trazado propuesto corre por la franja poniente, con el proyecto de mejoramiento que lidera el municipio y los requerimientos específicos del Sectra.
Como se recordará, el proyecto de ciclovía ha sido objeto de críticas por su emplazamiento al poniente, principalmente de parte de los locatarios, quienes han advertido el impacto negativo en las ventas que significaría eliminar el espacio de estacionamiento y reemplazarlo por una ciclovía. Desde la Cámara de Comercio de Chillán han planteado como alternativas, el bandejón central, la calle Yerbas Buenas e, incluso, el costado oriente de la avenida Argentina, las que han sido descartadas en primera instancia: en el caso del bandejón central, porque el trazado recto que exige la normativa obligaría a talar cerca de 780 árboles, un costo que no concita apoyo; en el caso de Yerbas Buenas, porque obligaría a contratar un nuevo diseño; y en el caso del costado oriente, por la presencia del Hospital Herminda Martín.
Como ha ocurrido con muchos proyectos modernizadores, es muy difícil dejar contentos a todos, pero finalmente se impone la mirada que, además de ser viable técnica y económicamente, genera menor rechazo, lo que exige a todas las partes ceder un poco. Sin embargo, para ponderar las opiniones es fundamental, primero, conocerlas e integrarlas en la discusión, lo que se logra a través de la participación y el diálogo. En otras palabras, es precisamente en las etapas previas de un proyecto, cuando se discuten aspectos fundamentales, como, por ejemplo, su trazado, cuando se debe convocar a todos, de manera de llegar a una solución común.
Solo en la medida que la gestión de un proyecto considere instancias reales de participación ciudadana, sus resultados serán positivos, ya que la iniciativa contará con la llamada “legitimación social”, un concepto que, si se aplica a los espacios públicos, implica que la comunidad lo reconocerá como propio, lo aprovechará y lo cuidará.
En ese sentido, escuchar a residentes y dueños de comercios del sector, así como a los conductores de bicicletas y de vehículos motorizados, entre otros grupos, constituyen acciones esperables, sin que ello signifique, dejar de avanzar en la generación de espacios públicos modernos, eficientes y amigables, que lejos de producir impactos negativos, mejoren el bienestar de la comunidad.