Conforme a la fiscal regional, Nayalet Mansilla, quien encabezó la formalización por el femicidio de Carolina Fuentes Bustos, al imputado, Ricardo Neira Arriagada, “por lo menos, con los antecedentes que tenemos hasta ahora en la carpeta investigativa, todo da cuenta de que el imputado realizó múltiples acciones para ocultar su delito”.
Durante la audiencia de formalización el pasado viernes en el Juzgado de Garantía de Quirihue, el Ministerio Público representado por la fiscal Mansilla junto a los persecutores Cecilia González y Álvaro Hermosilla, entregaron detalles de una muerte violenta junto a una actitud inusual incluso en contextos delictuales, considerando que el cuerpo de Carolina Fuentes, de 42 años y madre de dos hijos, fue dejado a la intemperie por cerca de 21 días, para luego ser arrojado al cauce del río Ñuble, apareciendo a casi a 40 kilómetros del lugar en el que fue abandonada.
Fue gracias a un peritaje a los movimientos y coordenadas del teléfono celular de Neira Arriagada y al de la propia Carolina, que la PDI logró establecer una bitácora con los movimientos del imputado, los que a juicio de la fiscal Mansilla “se trata en definitiva de una búsqueda que es coincidente con los fenómenos cadavéricos, es decir una víctima que luego de fallecer está expuesta por un tiempo prolongado a la intemperie, al sol, al frío de la noche que finalmente provoca el fenómeno de corificación, y que después aparece en un lugar distinto, en el agua”.
Por esta razón, en la lectura de la formalización, el fiscal Hermosilla dijo que “el imputado cometió el peor error, cual era generar la ubicación de su teléfono y delatar su participación a través del uso de la tecnología de la información y las telecomunicaciones”.
Línea de tiempo
La primera vez que la Brigada de Homicidios de la PDI concurrió hasta el sector Los Naranjos, en Monteleón, para interrogar en calidad de testigo a Ricardo Neira, lo sorprendieron lavando su camioneta a la que le había sacado los asientos.
En su declaración dice que tras haber almorzado con ella en su casa, se dirigieron hacia Quirihue para posteriormente, cerca de las 20.00 horas haberla dejado en la intersección de las calles Ecuador con la Avenida O’Higgins, en Chillán, en las inmediaciones del terminal de buses María Teresa, toda vez que ella planeaba devolverse a Santiago.
Sin embargo, el fiscal Hermosilla de manera tajante dijo que “ese día nunca estuvo en Chillán, es decir, su declaración se contradice con la información que arroja el tráfico de llamadas, al tráfico de datos y a la ubicación física de dicho teléfono celular”.
El trabajo de georreferenciación hecho por la compañía telefónica y un trabajo pericial de electroingeniería arrojaron la siguiente línea de tiempo.
El 30 de junio su teléfono generó datos de llamados y textos en los sectores de Trehuaco, Ninhue, Quirihue, Las Palmas, Quirihue y Las Palmas, donde el teléfono dejó de enviar emisiones.
Ese mismo día, a las 14.00 horas, el teléfono de Carolina se apagó. Y se volvió a encender a las 15.00 horas para enviarle un mensaje a su hermana Katherine, explicándole que se disponía a viajar a Santiago. Y luego se volvió a apagar.
El 1 de julio, a las 22.30 horas, el celular de Neira es georreferenciado en el sector oriente de Chillán. Desde allí hay registros de un whatsapp solicitándole a la víctima la devolución de 95 mil pesos que le había prestado con anterioridad. Tales mensajes fueron respondidos desde el celular de Carolina, según la empresa telefónica, desde esas mismas coordenadas en la capital de Ñuble.
Ese mismo día se generaron los ya conocidos mensajes de whatsapp a sus hijos, los que fueron cuestionados por ellos por el tipo de redacción y tenor de los mensajes, muy diferentes a los que solía enviarles su madre.
El 2 de julio, el celular de Carolina se enciende en el sector de Los Naranjos, puntualmente en el domicilio del imputado. El historial de datos confirma emisión de whatsapp a su hermana Katherine, explicándole que viajaría a Temuco a encontrarse con una persona con quien tendría una relación sentimental.
El 3 de julio se detecta otra emisión de mensajes enviados desde el dispositivo de la víctima, una vez más, desde el sector Los Naranjos, a sus hijos y otros familiares indicándoles que se quedaría por algún tiempo en otro lugar.
Ese mismo día se detecta el uso del celular de Carolina para realizar una operación bancaria a través de una aplicación del Banco Estado, transfiriéndole $95 mil a Neira.
21 de julio, día en que comenzaron los rastreos en el sector de Ninhue por parte de la PDI, a través de un trabajo de electroingeniería se determinó que el celular de Neira se volvió a localizar en el sector La Palma.
“Y cabe señalar que ese es un lugar al que, a través de estos mismos peritajes, el imputado nunca acudía, pero que sin embargo ofrece las condiciones climáticas especiales, como mucho calor durante el día y frío por la noche, para que ocurra el fenómeno de corificación que se observó en el cadáver de Carolina, lo que no hubiese sucedido si hubiese fallecido en el agua”, comentó el fiscal.
El 5 de octubre dos hermanos, quienes realizaban pesca deportiva en el río Ñuble, sector de El Membrillar, encuentran el cuerpo de Carolina en el agua y avisan a la Policía, que no pudo establecer su identidad, por el estado de putrefacción y corificación del cadáver.
El 7 de octubre, el Laboratorio de Criminalística de la PDI consigue confirmar, mediante el levantamiento de una huella dactilar que el cadáver hallado era el de Carolina Fuentes Bustos.
Para el 8 de octubre, en horas de la mañana, la PDI detuvo a Neira Arriagada en su lugar de trabajo. Éste no opuso resistencia, pero se acogió al derecho a guardar silencio.
Fue formalizado el 9 de octubre, en el Juzgado de Garantía de Quirihue por el delito de femicidio, quedando en prisión preventiva en la cárcel de San Carlos.
Evidencia biológica
Una de las objeciones que planteó la defensa de Neira Arriagada a la formalización fiscal es que solo se presentó evidencia indiciaria. Es decir no había testigos presenciales del homicidio, ni evidencia biológica que lo vinculara con la muerte de Carolina.
“Nosotros creemos que la evidencia biológica va a aparecer en el transcurso de la investigación”, respondió la fiscal Nayalet Mansilla.
“Sin perjuicio de eso contamos con múltiple evidencia, lo que fue demostrado tanto por el informe del Servicio Médico Legal, como la del peritaje de la Médico Forense, Carla Aldana, quien a través de la forma en que fue encontrado el cuerpo nos pudo dar luces acerca de antecedentes que eran coincidentes con otros antecedentes que nosotros ya teníamos respecto a la informe en la que se había cometido el delito”, añadió.
Al ser consultada por la supuesta ilegalidad en la que se incurrió por parte de la PDI al incautar el celular de Neira Arriagada cuando aún ostentaba la condición de testigo y no de imputado, contestó que “como el defensor obtuvo los antecedentes recién el día de la formalización, tal vez no los ha podido revisar con más calma, pero la verdad es que nosotros pedimos la autorización judicial para poder incautar ese teléfono, por lo tanto no debería haber mayores cuestionamientos al respecto en una audiencia de juicio oral, pero aclaro que cuando se le incautó, ya estaba en condición de imputado”.
El celular de Carolina, nunca más volvió a aparecer.