Región internacional
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La formulación de una política de internacionalización de la Región es uno de los trabajos prioritarios que tiene el Gobierno Regional, pues Ñuble -por su limitada estructura productiva- tiene una alta dependencia de los mercados externos.
En el pasado se avanzó tímidamente, pero la nueva condición de Ñuble tiene aquí también un correlato positivo. Ayer hubo dos actividades que reflejan la ventaja de ser región y son una señal alentadora de lo que podría venir a futuro. Primero, la inauguración de las oficinas de la dirección regional de Prochile, lo que representa un nuevo estatus para este servicio y una mayor cercanía con las empresas de la zona y segundo, un seminario que mostró la incipiente visión que hay sobre esta materia.
Lo primero a tener en cuenta es que, al igual como en otras materias, aquí no caben la improvisación y el voluntarismo. La región necesita planificar su internacionalización, una hoja de ruta que se haga cargo de su vocación silvoagropecuaria y su potencial de desarrollo en la industria de los alimentos.
Pero la internacionalización no tiene que ver únicamente con aumentar las exportaciones, o con diversificar la canasta de productos, sino que abarca áreas tan amplias como la atracción de inversiones y el turismo, razón por la cual el seminario realizado ayer, acertadamente incluyó tres aristas claves: el fomento productivo, la protección del medio ambiente, y la cultura, lo que por cierto incluye la oferta de servicios educacionales.
También -como en muchas otras materias de la naciente región- conviene recordar la importancia de imprimirle un enfoque participativo al trabajo, con una escucha activa de los entes involucrados, como las Pymes, la academia, los servicios públicos, los exportadores y diferentes actores sociales.
Ello permitiría construir este plan sobre una base de información amplia, no solo de las potencialidades de la zona, sino de sus aspiraciones y sus limitaciones. Y en esa última dimensión, la jornada de ayer también sirvió para identificar un tema que parece ser recurrente y que son las brechas entre las Pymes y las grandes empresas cuando se trata de salir al exterior.
Brindar oportunidades de internacionalización a las Pymes, tratando de contribuir a emparejar la cancha entre las empresas más grandes y las de menor tamaño es uno de los focos de trabajo que ha prometido el Gobierno con el objeto de impulsar la economía y por lo mismo, se esperaría que el trabajo coordinado de distintas instituciones, públicas que tienen que ver con esta materia apuntara precisamente a la identificación y superación de brechas productivas y de comercialización de nuestras Pymes.
Si Ñuble es capaz de elaborar un instrumento de planificación, como esta estrategia de internacionalización, se podría avanzar de manera coordinada hacia dicho objetivo, y ya no de manera aislada y reactiva, como ocurrió tantas veces cuando éramos parte de la Región del Biobío, donde nuestra participación era casi decorativa.
Chile tiene una de las economías más abiertas del mundo, y si bien para muchos puede ser una amenaza, también ofrece oportunidades para regiones que sepan aprovechar sus ventajas comparativas y una amplia red de acuerdos comerciales que permite acceder a países que representan casi el 90% del PIB mundial.