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Referente de la danza árabe en Ñuble parte a gira por Egipto y Europa

La bailarina y profesora chillaneja Daniela Acevedo emprenderá una nueva gira internacional que la llevará durante tres meses a Egipto y Europa, con el objetivo de seguir perfeccionando su arte, fortalecer redes con otros artistas y proyectar a nivel global la enseñanza y difusión de la danza árabe desde Chillán.

Este viaje no solo responde a una búsqueda personal y profesional, sino también a poder nutrir su formación para seguir aportando a sus alumnas y alumnos en Chile, especialmente a través de su academia y del reconocido festival Goldfest, que organiza cada fin de año en la capital de Ñuble.

“Llega un punto en que una ya aprendió todo lo que podía en Chile, y lo que queda es ir a la fuente misma. Cada verano viajo a Egipto a tomar clases, trabajar con músicos en vivo, participar como jurado y también como artista. Me quedo al menos tres meses para integrarme realmente a la cultura y conocer desde dentro cómo se vive y se siente la danza y la música árabe”, comenta Daniela.

Durante su estadía en El Cairo ha trabajado en espacios emblemáticos como el Sheraton, donde ha compartido escenario con artistas reconocidos y ha aprendido directamente de músicos y bailarines del Medio Oriente, el norte de África y el Golfo.

Uno de esos proyectos es Goldfest, un evento anual que se ha convertido en una vitrina internacional para la danza árabe en nuestro país.

“Traigo a Chillán a los artistas que voy conociendo en mis viajes, para que el público local y de todo Chile pueda disfrutar de su talento. Incluso hemos recibido alumnas de Brasil y Argentina, lo que ha dado proyección internacional al festival”, señala.

Cada edición del festival reúne a más de 200 participantes entre competidoras, alumnas y artistas, y congrega a más de mil personas en el Teatro Municipal de Chillán.

Este año, además, Daniela busca ampliar el impacto social de sus actividades. En conjunto con la Fundación Fadwa postuló a una subvención municipal para abrir gratuitamente espacios de formación en danza árabe a personas en situación de vulnerabilidad.

“Queremos que esta disciplina sea realmente transversal, que mujeres y hombres que no tienen los medios para pagar puedan acceder. La danza árabe tiene un fuerte componente emocional y terapéutico. Hemos visto cómo ayuda a mujeres con depresión, con baja autoestima, a reconectarse con su cuerpo y su fuerza interior”, explica.

También destaca la creciente inclusión de hombres en sus clases, especialmente a través de las danzas folclóricas y la música árabe, como el derbake, instrumento típico del mundo árabe que ha despertado gran interés entre sus estudiantes.

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