Señor Director:
Las compañías de redes sociales lucran del tiempo que los usuarios inviertan en ellas: recopilan información de nuestras preferencias mientras empleamos tiempo en las mismas y la venden a otras compañías, para que ofrezcan sus productos en las redes. Para lograr esto, las redes sociales utilizan algoritmos que nos sugieren contenido y productos que siguen la línea de nuestras preferencias, según nuestros movimientos en ellas.
Cada comentario, cada “me gusta”, incluso cada segundo que uno vea determinada foto, tuit o video, son elementos clave que miles de servidores utilizan para crear un perfil de preferencias de cada uno. Así se le puede seguir proporcionando al usuario contenido preciso para que no deje su estancia en la red social, se pueda seguir recopilando información, ofreciendo productos y por ende, ganando dinero.
Es curioso que las redes sociales se interesan más en cómo hacernos pasar más tiempo en ellas que en cómo luchar contra los problemas que provocan, como las noticias falsas (que se esparcen 6 veces más rápido que las reales y causan graves crisis sociales y políticas), o contra los irreales estándares de belleza (causantes de graves trastornos alimenticios y psicológicos). Es una problemática que nos invita a la reflexión sobre si somos los clientes o el producto de estas multimillonarias compañías.
Miguel Rivas Medina