A partir de las proyecciones entregadas por el propio Ministerio de Salud, no falta mucho tiempo para que la red sanitaria nacional colapse ante el incremento de la demanda por hospitalizaciones de contagiados con Covid-19, tanto por la escasez de camas críticas e implementos, por ejemplo, de ventiladores artificiales, como también por las bajas registradas entre los funcionarios del sistema, por estar contagiados o en cuarentena preventiva.
A partir de ahí es clave advertir que para Ñuble el escenario es particularmente complejo, pues es la segunda región con mayor número de contagiados (105) y ciertamente la capacidad de respuesta de su red de salud es insuficiente. En el Hospital Herminda Martín de Chillán existen 12 camas UCI y 14 UTI y 14 ventiladores, y en el Hospital de San Carlos cuentan con seis camas TIM y seis ventiladores.
Desde el Gobierno Regional anunciaron la inyección de $4 mil millones para enfrentar la pandemia, los que se utilizarán para la adquisición de vehículos y equipamiento crítico -se adquirirán 11 ventiladores- mientras que desde el nivel central se informó el fortalecimiento de la red con la adición de nuevas camas críticas y la reconversión de camas, sin precisar lo que recibirá Ñuble.
Si bien se valoran las medidas de prevención adoptadas por las autoridades, como el toque de queda, el cordón sanitario en torno a Chillán, el cierre de recintos de comida, de entretención y centros comerciales, es innegable que el número de contagiados seguirá incrementándose, aunque la magnitud de ese incremento dependerá de la capacidad de la comunidad de respetar la cuarentena, que hasta ahora es voluntaria. En ese sentido, no se debe descartar la cuarentena obligatoria, emulando lo que ya han hecho otros países, así como también aumentar el número de test de detección del nuevo coronavirus y la rapidez de sus resultados, algo que exige un mayor gasto.
Es por ello que si no se apuesta ahora por la cuarentena obligatoria para frenar la propagación de la pandemia, es necesario fortalecer decididamente la red hospitalaria de la región, pues con 20 o 30 camas críticas adicionales no se podrá contener una avalancha de casos complejos. Hoy el Estado tiene que hacer un esfuerzo mayor, y ese esfuerzo no puede concentrarse solo en Santiago.
Asimismo, es clave buscar fórmulas para fortalecer la dotación de personal de salud, entre médicos, enfermeros, paramédicos y auxiliares, por ejemplo, contratando extranjeros que residen en el país y que no han podido regularizar sus títulos profesionales, así como también atender el llamado urgente hecho por los funcionarios, quienes piden implementos de protección, para reducir el alto riesgo de contagio al que están expuestos.
Es imperativo que los liderazgos regionales levanten esta necesidad urgente ante el nivel central, y si bien las autoridades de la materia se encuentran en cuarentena, incluso el intendente, ello no impide que se pueda presionar, con el apoyo parlamentario, para obtener el mayor equipamiento y recurso humano posible, de cara a los complejos días que vendrán.