Fiscalía formaliza a otros cuatro imputados por caso red de pedofilia en Ñuble

Se trata de un caso de violaciones, abusos sexuales y producción de pornografía infantil, que pareciera no tener punto final, en cuanto a su investigación penal.
El caso de “Belén Esnaola”, como se hacía llamar una joven adolescente en redes sociales, para llamar la atención de hombres que quisieran ser parte de orgías promovidas por su padrastro -el profesor de Teología Marco Antonio Orellana Basaes (condenado a presidio perpetuo más otros 38 años de cárcel), y que empezó a ser investigado por la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI de Chillán, se convirtió en el caso más escabroso de pedofilia que se conozca en los últimos años en Ñuble, y que ya tiene a 13 condenados.
Primero se condenó a su madre y a otros tres hombres que participaron de estas orgías, cuando la niña tenía entre 12 y 17 años, hasta que en 2024 se abrió juicio a otros imputados, incluyendo al padrastro de la niña.
En tanto, el día de ayer, la Brisexme detuvo a otras cuatro personas, todos hombres de entre 30 y 53 años, sin conexión entre sí, luego que la PDI lograra identificarlos al revisar los videos incautados desde el computador de Orellana Basaes.
Conforme a lo explicado por el fiscal jefe de Chillán, Sergio Pérez, (quien asumió la dirección de esta investigación), luego del último juicio en el que se condenó a cinco personas, la víctima (hoy estudiante universitaria), volvió a prestar declaraciones, ya que hasta antes del caso, ella no conceptualizaba lo ocurrido como algo anormal.
Lo anterior, más otras declaraciones vertidas en el juicio, “permitieron hacer un trabajo analítico, con los distintos laboratorios de criminalística de la PDI y se logra individualizar a estas personas”, comentó el subprefecto Iván Velásquez, jefe de la Brisexme.
El tribunal no aceptó el ingreso de la prensa a la audiencia de formalización y ordenó que solo se entregaran -por el momento- las iniciales de los cuatro nuevos imputados. Estos son J.S.H.C. (30), L.R.Q.P. (53), C.F.I.C. (45) y W.D.T.O. (43). Todos ellos fueron formalizados por producción de pornografía infantil.
Los imputados J.S.H.C., C.F.I.C. y W.D.T.O. también por violación, y L.R.Q.P. y C.F.I.C., además, por abuso sexual.
El Juzgado de Garantía decretó la medida cautelar de prisión preventiva para todos ellos, los que se unirán a otro imputado detenido en diciembre de 2024, Daniel Fuentes Yáñez, sindicado por la víctima como “el peor de todos” y quien oficiaba como reclutador para las orgías organizadas por Orellana Basaes.
Su voluntad estaba viciada
Con base en los antecedentes recopilados por la PDI, los abusos sexuales a los que se sometió a la niña comenzaron cuando ella tenía apenas 8 años.
Fue el momento en que su madre decidió emparejarse con el profesor Orellana, quien de hecho le hizo clases particulares a la niña.
Luego, entre ambos comenzaron a “adiestrarla” en torno a actividades sexuales, haciéndole creer que todo se trataba de una práctica sana, reforzando con premios y muestras de cariño estas conductas.
Con el tiempo, el profesor comenzó a vincular a terceros en estas prácticas, las que iba registrando con videos y fotografías, apuntes de un cuaderno y dirigiendo las acciones de los participantes, como si se tratara de un guion.
De acuerdo a lo declarado por la joven en la audiencia, fueron cerca de 100 personas las que fueron parte de estos hechos.
Pese a esto, “de acuerdo a los nombres que obtuvimos y los videos revisados, las personas que se detuvo ahora serían los últimos, aunque claramente no se puede descartar que más adelante se descubran otros antecedentes”, advirtió el fiscal Pérez, quien dijo sobre la víctima que “su voluntad estaba viciada, ya que fue sometida a una sexualización traumática desde muy temprana edad, siendo sometida por Marco Antonio Orellana a agresiones sexuales reiteradas de todo tipo, y de manera persistente y progresiva, desde los 8 hasta 17 años”.