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Señor Director:
No parece razonable reducir el gasto público en aproximadamente 1.000 millones de dólares, cuando la economía
tendencialmente se moverá apenas en un rango 1,8% – 2,1%. Ciertamente se hace para cumplir la meta de déficit estruc-
tural del 1,9% del PIB dada la caída de ingresos fiscales proyectada por el menor crecimiento.
La economía debe ser cuidadosa en su posición fiscal, pero simultáneamente también el gasto público sectorial (el
más relacionado con la palanca productiva como vivienda e infraestructura) puede en el margen mover el carro del
crecimiento y de esta forma obtener esos ingresos tributarios adicionales que la economía requiere. Se señala que la
economía necesita más gasto en innovación y desarrollo, más financiamiento para proyectos públicos y el fortalecimiento
de cordones industriales alicaídos para así potenciar la industria proveedora y de subcontratistas privados que gira en
torno a debilitados polos regionales.
Recortar el gasto corriente público (en bienes y personal) está en la línea correcta, pero no es suficiente para la fortaleza
fiscal de mediano plazo. Estos recursos deberían haber sido traspasados a la inversión pública (gasto de capital) que
moviliza inversión privada. Así estos desfases entre gastos e ingresos se van mitigando a medida que la inversión pública
surte un efecto multiplicador (empleo, impuestos, producción, etc.) mientras la economía privada se vuelve a levantar.
Francisco Castañeda
Economista y académico, U.Centra