Señor Director:
A partir de este sábado 1 de abril, los relojes y dispositivos deberán retrasarse una hora, es decir, desde las 00:00 horas
a las 23:00 horas, para así volver al horario de invierno, medida que busca aprovechar de mejor manera la luz del día.
Lo anterior puede, en menor o mayor medida, tener también consecuencias negativas en el rendimiento de un
trabajador, dado que algunos estudios señalan que la modificación horaria puede traducirse en insomnio, cansancio,
nerviosismo y alteración del apetito, entre otros efectos.
Sin duda, pasar del horario de verano al de invierno puede significar que una persona se sienta con menos energía
y ande con sueño los primeros días. Luego, la situación debiera normalizarse.
No obstante, para esos días de transición es importante considerar los siguientes consejos para que el desempeño
laboral no se vea afectado: hacer actividad física en la mañana, con miras a relajarse y recuperar fuerzas para enfrentar
un nuevo día; alimentarse e hidratarse adecuadamente; dormirse temprano, es decir, que la persona evite trasnochar,
y dejar de ver celulares y/o televisión una hora antes de dormir, a lo menos; tener una actitud positiva; y aprovechar
el tiempo en la oficina, organizando muy bien el trabajo y las tareas a realizar, y evitando cualquier distracción que
hagan perder minutos valiosos.
Francisco González
Gerente general de Vertical Hunter