Reciclaje de aceite usado: Hay más de 40 puntos de acopio en Ñuble

Promover el cuidado del medioambiente, las buenas prácticas de reciclaje y la economía circular. Ese ha sido el motor del Programa de Essbio “Toma la Sartén por el Mango”, que hoy lanzó una nueva edición con el desafío de seguir impactando positivamente el entorno y las comunidades.
El gerente regional de la sanitaria, Peter Schmohl, explicó los alcances de este programa educativo de reciclaje de aceite domiciliario destinado a organizaciones territoriales, establecimientos educativos y municipios. “Estamos presentes con esta iniciativa en diversas comunas en 3 regiones, con más de 233 puntos de acopio que nos ha permitido reciclar más de 90 mil litros de aceite desde 2019 a la fecha. De esta manera, hemos propiciado un trabajo colaborativo entre el mundo público y privado que nos ha permitido sumar esfuerzos, generando conciencia del daño ambiental que se produce al verter aceite domiciliario usado en el alcantarillado”, afirmó.
En la actividad que participó el seremi de Medio Ambiente de Ñuble, Mario Rivas, se dio a conocer que “Toma la Sartén por el Mango” se está trabajando en 10 comunas de la región: Bulnes, Chillán, Chillán Viejo, Cobquecura, El Carmen, Pemuco, Pinto, San Carlos, San Ignacio y Yungay. En total, se cuenta con 42 puntos de acopio en la Región de Ñuble.
El valor de la iniciativa es que el aceite usado es reciclado y transformado en biodiesel, jabones y detergentes gracias a convenios con empresas y emprendedores, lo que contribuye a la economía circular.
A través de “Toma la Sartén por el Mango”, Essbio ha capacitado a más de 1.300 personas y alrededor de 300.000 han sido beneficiadas, lo que resulta esencial para sensibilizar sobre el correcto uso del alcantarillado. De hecho, en el Barómetro Ciudadano sobre la Crisis Hídrica, realizado por Andess y Criteria, un 77% de las personas declara eliminar algún elemento a través del alcantarillado. Los desechos más frecuentes son el papel higiénico (57%), aceite de cocina (37%) y restos de comida (33%), productos químicos (13%) y medicamentos vencidos (12%), lo que genera un daño tanto a la infraestructura como a la calidad de las aguas que llegan a las plantas de tratamiento.