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El Día Mundial del Reciclaje, que se conmemoró ayer, nos recuerda que si bien en nuestra ciudad se han producido algunos avances en la cultura de separar desechos y tener conductas más amigables con respecto a los residuos y la basura que generamos, lo cierto es que aún falta mucho por hacer.
Que en un año se reciclen no más de 200 toneladas de residuos, cuando la producción anual de la comuna supera las 70 mil toneladas, demuestra que este tema aún no logra despertar suficiente interés en la ciudadanía.
La industria del reciclaje no solo contribuye a la protección del medio ambiente, sino que también genera importantes beneficios económicos y sociales. En primer lugar, el reciclaje permite reducir la cantidad de residuos que llegan a los vertederos, evitando así la contaminación del suelo y del agua. Además, la reutilización de materiales disminuye la necesidad de extraer recursos naturales, lo que ayuda a preservar nuestros ecosistemas.
La capital de Ñuble tiene un gran potencial para reducir la generación de basura, pues se estima que la materia orgánica corresponde al 61,3% de los residuos sólidos domiciliarios de la comuna. Estos desechos, por ejemplo, pueden convertirse en abono mediante el procedimiento de compost, abono orgánico rico en nutrientes y que no demora más de dos meses en generarse. Esto no solo contribuye al medio ambiente, sino que es una oportunidad de negocios. Sin embargo, se requiere previamente una selección de los desechos desde el hogar, ya que debe separarse la basura orgánica del resto de los desperdicios para ser sometida al procedimiento de conversión en abono orgánico.
Por otro lado, el reciclaje es una industria creciente y por ende puede llegar a ser una fuente de empleo significativa. Cada vez más personas se dedican a labores relacionadas con la recolección, clasificación y procesamiento de materiales reciclables. En otras regiones esta industria ha creado oportunidades laborales en diversas comunidades, y en los últimos años hemos visto cómo emprendimientos se han transformado en empresas con un gran potencial.
El posible uso energético es otra oportunidad en el manejo de residuos, ya que si bien es efectivo que se requiere una inversión inicial importante y una cantidad de desechos considerables para que sea rentable su producción, podría pensarse en establecer un sistema de incentivos para este tipo de nuevos estudios y negocios, donde una planificación de carácter asociativo resulta clave. Dicho de otra forma, esta perspectiva permitiría el desarrollo de economías de escala, en los distintos ámbitos de la gestión de residuos, ampliando una solución eficiente desde el ámbito comunal al intercomunal e incluso interregional.
La educación, el acuerdo público privado, la experiencia nacional e internacional y una gestión territorial inteligente para el complejo tema de la basura son todos elementos a considerar en una planeación regional que debe anticipar escenarios que de no ser manejados correctamente pueden afectar seriamente la calidad de vida de las futuras generaciones de ñublensinos y ñublensinas.