Estrategias regionales han logrado disminuir el delito. Agricultores de la zona confirman descenso, pero advierten que hoy el robo de agroquímicos es el mayor problema que los afecta.
Tras meses de suspensión, se reactivó la llamada Mesa de Abigeato Ñuble, integrada por personal de Carabineros, PDI, el SAG, representantes de los ganaderos locales, el Ministerio Público y la Coordinación Regional de Seguridad Pública, la que busca prevenir y reducir el robo de animales.
Aunque la proximidad con el mes de septiembre (que junto a diciembre son los con mayores incidencias), motivó la reactivación de la mesa, se tomó el acuerdo de mantenerlas de manera constante y con reuniones mensuales.
El coordinador de Seguridad Pública, Jorge Muñoz, presentó cifras que daban cuenta que mientras en 2019 se denunciaron 219 casos, para 2023 las incidencias bajaron a 117, cifra incluso menor a la que se registraron durante los años en los que hubo restricciones de movilidad producto de la pandemia: 2020 (150), 2021 (164), 2022 (164).
Cifras expuestas, el fiscal Rolando Canahuate, quien integra esta mesa desde el 2018, apunta que “esto comienza con la coordinación conjunta con personal de civil de Carabineros, quienes tenían experiencia en este tipo de investigaciones, para que se dedicaran de manera exclusiva a este tipo de delitos, se elaboró una orden de investigar tipo, que entre otras diligencias, incluía fiscalizaciones en las ferias, en los mataderos y en las rutas más comunes para el transporte de animales”. Añade en consecuencia que “en mi concepto, el delito está ya estabilizado”.
De todas formas, añade que la clave “es el estar conscientes que el día en que nos descuidemos o dejemos de trabajar en estas coordinaciones, el abigeato reaparecerá nuevamente”.
Otra de las conclusiones determinan que ya no se ha detectado mataderos clandestinos ni de bandas delictuales encargadas de robos de mayores proporciones, los que incluían intimidación con armas de fuego a los propietarios.
“Lo que hemos tenido este año son robos de dos, tres o cuatro ejemplares, generalmente para despostación ilegal y la venta de esta carne entre conocidos o vecinos, con todas las consecuencias sanitarias que eso significa”, añade el fiscal, que destaca también que “no por eso son delitos menos graves, ya que muchas veces esos dos o tres animales son todo el sustento de la familia de un pequeño ganadero”.
El problema ahora es otro
Carlos Smith, presidente de Aprocarne Ñuble, quien también estuvo en la Mesa de Abigeato, confirma que “los casos de abigeato en la región han bajado, y es más, diría que son incluso menos que esos 117 que se presentaron, porque ahora se detiene a toda persona que esté transportando animales, o que los tenga en el predio sin poder acreditar propiedad. Esto con la modificación a la ley de Abigeato que incluye la definición de presunción de abigeato para estos casos”.
Sin embargo, advierte que “el problema que estamos teniendo ahora los ganaderos y los agricultores es otro, me refiero al robo de pesticidas, fertilizantes y elementos agroquímicos en general”.
Smith apunta a la existencia de un mercado ilegal que se ha generado en los últimos años y que “lamentablemente está sustentado por otros agricultores, quienes compran estos insumos a menor precio, sabiendo que se los robaron a otro agricultor de la zona”.
A su juicio, lo anterior se sustenta a la gran cantidad de ganaderos, criadores de animales y agricultores quienes trabajan en la informalidad “y que son muchos en la región. Son personas que ni siquiera han sacado su iniciación de actividades, por lo que han trabajado toda la vida en negro. Ellos son los que favorecen la existencia de estas bandas que han generado pérdidas millonarias en la zona”.
