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Un extenso recorrido por diversos sectores de Quillón, realizó el alcalde Miguel Peña, atendiendo a los requerimientos de vecinos afectados por el sistema frontal que azotó a la comuna durante la semana pasada.
Inundaciones, anegamientos, puentes cortados y caminos intransitables fueron parte de las secuelas que dejó el mal tiempo y que de a poco siguen apareciendo, a medida que transcurre un nuevo sistema frontal en Quillón.
“Hemos sido grandemente afectados en esta oportunidad, registrándose sectores aislados, ya sea por puentes en mal estado y caminos inundados. Por lo mismo, nos mantenemos trabajando arduamente para ir normalizando el tránsito, obviamente, en algunos casos es más complicado y, por eso, solicitamos la ayuda del Gobierno, que ya nos está apoyando en algunos sectores”, indicó el alcalde Miguel Peña.
En su recorrido por la comuna, la primera autoridad visitó sectores como El Peley, lugar donde se han registrado aislamientos por caminos inundados, a raíz de la crecidas de esteros, volviéndolos verdaderas lagunas que solo se pueden traspasar en vehículos 4×4. Asimismo, se han registrado cortes de camino en otros cuatro sectores, Fundo San Vicente, Los Cruceros, Santa Ana del Baúl y Alto
Culturía.
Es precisamente en Santa Ana del Baúl, donde además, un puente resultó con dos de sus pilares removidos de su posición original, lo que obligó su clausura. De igual manera, un paso sobre nivel en El Arenal, específicamente, en el sector Los Naranjos resultó completamente destruido, por la crecida del que por años fue un pequeño arroyo.
“Cuando empezaron las lluvias, en la noche vine a ver y se había caído la mitad del puente, entonces como en la mañana todavía quedaba la mitad, aproveché de sacar mi auto. Después cayó la otra mitad y con lo que quedó improvisé una pasarela para sacar a mi familia, porque en caso de que alguien se enferme, no podíamos cruzar. Somos dos familias acá en Los Naranjos y las dos salimos. Yo salgo a comprar lo que necesito, veo a mi familia y después vuelvo a quedarme en mi casa”, contó Luis López, habitante del sector Los Naranjos.
INUNDADOS Y ALBERGADOS
Inundaciones, anegamientos y barriales se han registrado en sectores rurales y urbanos de la comuna, en estos últimos se trata de calles y viviendas, algunas de ellas de gravedad. Es el caso de José Araneda, quien hace solo ocho meses llegó a habitar la villa Alto Las Brisas, precisamente, buscando un lugar más tranquilo y mejor clima para vivir.
“El agua viene desde arriba y de la calle también viene hacia acá. Aquí estamos en el punto más bajo del sector y por los bordes ya tenemos un metro 50 de agua, que ya entró a la casa. Se nos inundó el comedor diario, la cocina y nuestro dormitorio, perdimos muebles, ropa, sillones; así que definitivamente saldremos de acá”, expresó.
Casi completa, la calle principal de Alto Las Brisas se encontraba inundada, situación que el alcalde Miguel Peña informó a sus funcionarios de Obras Municipales, para que concurrieran con maquinaria a despejar el agua y canalizar.
Según comentaron los propios vecinos, están casi rodeados por un estero que desembocaba a la Laguna Avendaño. Sin embargo, hace más de cinco años un habitante del lugar obstruyó el paso del curso de agua, impidiendo su desembocadura y provocando que se devuelva y desborde hacia las viviendas aledañas. En total, se han registrado 52 requerimientos por viviendas anegadas en Quillón, entre el viernes 14 y el lunes 17 de junio.
Actualmente, personal de la Dirección de Desarrollo Comunitario ha atendido a 83 familias, que han sufrido daños de diversa consideración en sus hogares, producto del sistema frontal. De ellas, a 44 se les ha aplicado la Ficha Básica de Emergencia (FIBE). Aún así, a todas se les han entregado sacos de carbón, alimentos no perecibles y útiles de aseo para sus viviendas, entre otros insumos.
José Araneda y los suyos iban a ser la tercera familia que ocuparía el único albergue de Quillón, la escuela Amanda Chávez Navarrete. No obstante, decidieron irse a Concepción, donde los recibirán familiares.
Actualmente, son cinco personas las que se encuentran albergadas en el establecimiento municipal, las que cuentan con todas las comodidades requeridas para la habitabilidad, además de atención médica y psicológica, diaria. También personal de Dideco se ha mantenido realizando turnos éticos en el albergue, tanto de día como de noche, cubriendo las necesidades de ambas familias.
“Nosotros por la gran cantidad de goteras en la casa tuvimos que salir rápidamente. Estamos acá (albergue) con mi hijo, mis papás están donde mi hermana, porque mi mamá está enferma. Aquí estamos sequitos y calentitos, nos han tratado muy bien, el alcalde, las asistentes sociales, los psicólogos. No hemos sentido el vacío de no estar en la casa, sobre todo mi hijo”, aseguró Gisela Alfaro, damnificada del sector El Olivar.