Un total de 23 empresas de la Región de Ñuble se han acogido al proceso de liquidación de activos, también conocido como quiebra, entre marzo y julio de 2020, según informó la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento.
La cifra representa un incremento de 21% en comparación con el periodo marzo-julio de 2019, en que fueron 19 las empresas que quebraron.
El sector económico que concentra el mayor número es el de los servicios, con nueve empresas, incluidas las de atención de salud y asistencia social, sin embargo, su afectación es menor que el año pasado, cuanto totalizaron 10 las empresas quebradas.
Comercio, en tanto, repitió las tres bajas del año pasado, al igual que construcción, que exhibió dos liquidaciones. En ese sentido, los que experimentaron una variación mayor fueron agricultura, que subió de cero a tres, e industria manufacturera, que pasó de cero a dos.
Karima Becerra, coordinadora regional de la Superintendencia de Insolvencia, sostuvo que “si bien las cifras muestran un aumento en comparación al año anterior, lo que se atribuye fundamentalmente a las labores de difusión que hemos desarrollado, siguen siendo números bajos considerando la realidad país del último año”.
La profesional analizó que “las liquidaciones de personas y reorganizaciones de empresas han tenido un importante freno gracias al apoyo estatal y privado. Lo que ha sucedido es que el Gobierno aportó con un paquete importante de medidas económicas que permitió contener que las personas buscaran acogerse masivamente a los procedimientos de insolvencia. Gracias a medidas como el bono Covid y el Fogape, los beneficios tributarios, la postergación del pago de contribuciones y de las cuentas de servicios básicos, y la Ley de Protección al Empleo, se logró que la iliquidez en la que estaban entrando las personas, las familias y las empresas, no se transformara en insolvencia, y eso se refleja en nuestras cifras”.
Un análisis similar hizo el presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, quien añadió que además de la ayuda estatal, ha habido menor presión de parte de proveedores y acreedores dado el contexto de crisis, por ejemplo, en el cobro de los arriendos.
Proyección negativa
Sin embargo, el dirigente gremial planteó que estas medidas solo han contenido el problema, y advirtió que las quiebras podrían incrementarse explosivamente en la postpandemia, particularmente en los rubros más afectados, como el turismo, la gastronomía y el comercio, dado que se prevé una lenta recuperación de la demanda de los consumidores, en un escenario de alto desempleo.
Por su parte, el economista Renato Segura advirtió que hay que poner atención al tamaño de las empresas que cayeron en insolvencia, y analizó que entre las empresas que pagan impuesto de primera categoría (grandes, mediana, pequeñas y micro), en marzo-julio de 2019 fueron dos, mientras que entre marzo y julio de este año ya van seis, lo que tiene un efecto en la economía local, ya que son las empresas que generan empleo. “Las quiebras más complejas son las que pagan impuesto en primera categoría, y ahí se observa que cayó una gran empresa, lo que es muy malo, y cayeron dos empresas medianas, lo que también es muy negativo. Eso es una señal clara de la crisis y de su efecto en la economía local”, sentenció.
Las de segunda categoría, en tanto, son sociedades cuyas rentas provienen del ejercicio de profesiones u ocupaciones lucrativas.
Segura planteó que “es un panorama complejo; de los rubros se lamentan dos empresas del sector manufacturero y se ve que la cuarentena también ha afectado a empresas del sector salud. Debemos ver qué pasa en los próximos meses”.