Señor Director:
Recientemente el gobierno anunció la llegada del 5G al país. Al respecto, ya hemos visto cómo han reaccionado de manera distinta los países desarrollados en cuanto a su implementación, desde sus bondades en velocidades de conexión y latencia, hasta los potenciales impactos que tiene este tipo de conectividad a nivel de contaminación electromagnética.
Chile es un gran consumidor de tecnología. Entonces, el anuncio del Presidente Sebastián Piñera en relación a ser pioneros en Latinoamérica va en la misma dirección de nuestro comportamiento frente al uso de los avances tecnológicos. Tendremos una millonaria inversión durante los próximos 5 años, fortalecimiento de ciudades y carreteras inteligentes, pero en qué se traducirá en la vida cotidiana. Algunos ejemplos: construcciones donde la eficiencia energética sea el “desde”, zonas capaces de adaptarse y “aprender” a partir de los comportamientos habituales de las personas, acceso a locomoción colectiva de manera mucho más segura y exacta, ya sea en el uso o en el pago, y así otros beneficios que las personas verán en su día a día.
Cuando hablamos de ciudades inteligentes, básicamente nos referimos a crear mejores infraestructuras –reales o virtuales– para el común de las personas. Si lo analizamos desde la mirada actual en tiempos de pandemia, ¿qué cosas serían mejor hoy con 5G? Podríamos haber escalado la telemedicina mucho más allá de la “consulta virtual” llegando probablemente a una “operación a distancia”, porque de eso se trata avanzar del 4G al 5G: pasar del incremento de velocidad de conexión que nos acostumbró a los “streaming” a la precisión del tiempo real que nos permita activar una acción desde un extremo para que ocurra casi inmediatamente en el otro. Sin duda, una genialidad.
Luis Angulo Mura
Coordinador de Innovación y Tecnología USS
