Leonel Sánchez Lineros ha fallecido, se ha ido una auténtica gloria del deporte nacional. Aún recordamos cuando el año 1962, en víspera del Mundial, la Selección con todos sus titulares visitó Chillán y jugó con Ñublense que militaba en la Segunda División.
Leonel, en el segundo tiempo, desde la mitad de la cancha por el costado izquierdo, sacó un zurdazo con tal fuerza que el balón atravesó la otra mitad como un verdadero misil, hasta encontrar el travesaño en su parte inferior; la pelota rebotó en el piso y luego en el cuerpo del arquero de Ñublense, el mítico Luis Venzano, para irse al fondo del arco. Un auténtico golazo.
Luego, ya avanzado el partido, puso con lienza la pelota en la cabeza de Carlos Campos, quien marcó el segundo gol de la selección. Un verdadero crack.
Leonel será recordado por muchas hazañas deportivas cómo estas, pero hay una que sobresale por sobre todas las demás y que trasciende el espacio exclusivo del fútbol. En el entretiempo del primer partido de Chile en el Mundial del 62, jugaba contra Suiza en el debut de la Selección en el magno evento futbolístico. Leonel fue entrevistado por un periodista en los camarines: “¿qué crees que pasará en el segundo tiempo?”, le preguntó. La respuesta fue: “que sea lo que Dios quiera y que gane el más mejor”.
Leonel Sánchez, con un profundo sentido común, popular y arraigado en su formación de deportista, pues su padre había sido boxeador, apostó por la calidad y no por la cantidad. No dijo el que haga más goles, sino que dijo que gane el “más mejor”, el de más calidad, el más calificado para imponerse en un campeonato tan importante como era el Mundial de Fútbol.
Tal vez en estos tiempos, cuándo día a día vemos cómo mayorías circunstanciales buscan sumar votos, sin importar mucho los consensos y menos pensar que la sociedad la componemos todos y todas con nuestra propia carga histórica, se impone otro aforismo, el cual es una práctica democrática básica que solíamos usar cuando niños: “mayoría manda” .
Hoy día se está redactando un proyecto de nueva Constitución. Negar la inquietud y preocupación que ha generado el proceso es estar fuera de la realidad. Por lo mismo, parece necesario una pausa pensar como lo hizo el legendario Leonel, en la calidad por sobre la cantidad. Porque el proyecto de nueva Constitución es eso, una nueva carta de navegación para Chile, no es un programa de gobierno.
Apostar por la calidad más que por la cantidad parece ser un imperativo de los tiempos actuales, para construir una sociedad inclusiva, que sea capaz de resguardar la diversidad dentro de la unidad. Que “gane el más mejor” significa eso, apostar por la unidad y no por el fraccionamiento ni por operaciones cuantitativas que ponen en riesgo la unidad y cohesión social.
Leonel también en esa frase revela un profundo respeto por su ocasional adversario, práctica del todo necesaria en los tiempos que estamos viviendo. Se ha ido un auténtico crack.