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Señor Director:
Este 19 de julio se entregaron los resultados de la PAES de invierno, prueba de selección para acceder a la educación superior.
Este tipo de evaluaciones estandarizadas tienden a medir las competencias desarrolladas en el entorno educativo, sin considerar las diversas circunstancias -situación socioeconómica, nivel de apoyo familiar y entorno escolar- que afectan el desempeño académico.
Asimismo, sus resultados reflejan claramente la desigualdad educativa existente entre alumnos de diferentes contextos socioeconómicos, evidenciando las disparidades en la calidad de la educación que reciben. Esto quedó en evidencia en los resultados de la última prueba PAES, dónde de los 100 primeros lugares, 97 fueron para colegios privados y sólo tres para los públicos y los particulares subvencionados.
Es fundamental que como país avancemos hacia un modelo de evaluación que tenga en cuenta el contexto de cada estudiante; implementar mecanismos de apoyo que ayuden a nivelar el terreno para aquellos que enfrentan mayores desafíos, asegurando así que todos tengan la oportunidad de demostrar su verdadero potencial y esfuerzo.
Este es sólo un punto que se debe abordar en la implementación de políticas integrales que reduzcan estas brechas en el sistema educacional, las que, sin un compromiso transversal de la clase política, más allá del gobierno de turno, y que considere un horizonte a 10 o 20 años, serán muy difíciles de revertir.
Este cambio debe incluir un compromiso con la calidad docente, la mejora de los recursos educativos, y un enfoque en la gestión administrativa eficiente. Por eso, la esperanza reside en la posibilidad de un cambio de paradigma que reconozca la educación como una prioridad nacional.
Dr. Gustavo Niklander Ribera
Director de Desarrollo y Postgrados Universidad Autónoma de Chile