Share This Article
Más dudas que certezas dejó una nueva jornada de la convocatoria realizada por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), realizada en Chillán para exponer respecto al proyecto de declaratoria como Zona Típica a la Avenida Libertad, la Plaza de Armas y los edificios que la rodean, que se encuentra en etapa de consulta ciudadana.
Esto, porque tanto en la Municipalidad de Chillán como en la Cámara de Comercio, consideran que los objetivos fundamentales a los que apunta el Gobierno Regional mediante esta iniciativa de preservar y proteger algunos edificios de alto valor arquitectónico, “se pueden resolver con otras herramientas, con algunas facultades regionales, y así evitarnos la enorme burocracia que significaría el hacer la más mínima intervención, incluso en locales, edificios o casas de construcción más bien reciente y que no revisten la condición de arquitectura patrimonial ni de relevancia histórica o cultural”, explica el alcalde.
El resquemor del jefe comunal apunta además a que “y en estas intervenciones, además de imponer limitaciones hasta para cambiar la pintura o el marco de una ventana, la decisión la debe tomar una comisión en Santiago, no se toman las decisiones en Chillán”.
En efecto, la declaración, tuición y protección de los Monumentos Nacionales (MN) se ejerce por medio del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), organismo técnico que depende directamente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en la forma que determina la Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales.
Conforme a esta ley, las mejoras o intervenciones menores en inmuebles ubicados dentro de una Zona Típica pueden ser desarrolladas sin previa autorización del CMN. Sin embargo, todo lo que afecte el aspecto exterior, se vea desde el espacio público o afecte la integridad estructural requiere autorización, además de las demoliciones y obras nuevas.
Sin embargo, Benavente sostuvo que “las edificaciones como el Gobierno Regional (GORE), la Estación de Trenes, el Cine O’Higgins junto a las casas que tienen valor arquitectónico no deben ser más de una docena, y por lo general obras sueltas, no hay –por ejemplo- un pasaje entero con un estilo distintivo”.
En esta línea, el presidente de la Cámara de Comercio, gremio que desde un comienzo se ha opuesto a que la preservación de estos hitos urbanísticos de la capital regional, mediante la declaratoria de la Zona Típica, añade que “lo vemos como una suerte de expropiación encubierta, ya que cuando se ha generado este tipo de declaratoria, el valor de una propiedad baja considerablemente su valor. Creemos que congelar por 50 años el desarrollo urbanístico del área es atentar contra la inversión, contra el desarrollo inmobiliario y contra la modernidad de la ciudad”.
En contraste a esta última observación del presidente gremialista, los encargados del proyecto aseguran que si se han registrado desvalorizaciones en estos sitios, “no es por la declaratoria. En muchas Zonas Típicas las viviendas se han revalorizado, como en el barrio Yungay de Santiago, por ejemplo, donde, incluso, el valor ha llegado a triplicarse”.
Opinión no vinculante
El Reglamento de Zonas Típicas establece como uno de sus elementos procesales, el recoger la opinión de autoridades y propietarios respecto a la eventual declaración.
En este sentido, la Secretaría Técnica del CMN consulta formalmente la opinión a las autoridades locales vía oficio, y a los propietarios de aquellos inmuebles que se encuentran en el polígono de protección a través de una publicación en el Diario Oficial, lo que en este caso se hizo el 10 de julio de 2020.
Pese a esto, el reglamento establece que las consultas de opinión no son vinculantes para la aprobación o desestimación de la declaratoria, solo constituyen insumos relevantes para la posterior resolución del CMN