Chillán es actualmente una de las ciudades más contaminadas de Chile como consecuencia de la quema de leña para calefaccionar viviendas durante la época invernal, lo que trae consigo una serie de trastornos y peligros reales para la salud humana.
Para enfrentar esta problemática, se han propuesto una serie de iniciativas y políticas gubernamentales integradas en el Plan de Prevención y Descontaminación que está actualmente en marcha y que básicamente busca reducir la cantidad de elementos contaminantes atmosféricos a través de modernizar equipos para quemar leña.
Pero ahora, se suma una propuesta surgida desde la ciencia y que busca incorporar a árboles existentes en la ciudad diversas variedades vegetales que serían capaces de absorber gases de efecto invernadero.
El autor del proyecto es el biólogo de la Universidad de Concepción y magíster en Ciencias Químico Ecológicas de la Universidad del Bío-Bío, Julio Becerra Espinoza, quien expuso el innovador proyecto ante el Concejo Municipal de Chillán.
La propuesta, señala el científico local, fue aprobado por la Corporación de Fomento, Corfo y tiene un plazo de dos años de ejecución para pasar a una segunda fase.
Becerra, indicó que “lo que se propone es generar un producto de cobertura vegetal que contribuya a la descontaminación de la ciudad u otras localidades afectadas por la polución y que pueda en el futuro servir igualmente a empresas que quieran contribuir a descontaminar las zonas donde desarrollan sus actividades productivas”.
En la actualidad, destacó, no existe en Chile una iniciativa de este tipo y tampoco hay evidencias de que se haya realizado algo similar a nivel internacional, por lo que el programa es de carácter piloto en Chillán.
En este sentido, la ciudad podría ser una suerte de laboratorio de experimentación y sus resultados ser posteriormente replicados en otras latitudes.
La idea, planteó el investigador, partió cuando estudiaba el magíster en Ciencias Químico Ecológicas y observó los árboles, y cómo cambia la corteza de ellos al alojar a otras especies,
El proyecto, subrayó, “nace de responder a preguntas como, por qué los líquenes se han desarrollado en los árboles. Esto me permitió establecer que existen asociaciones (ensambles), que pueden contribuir a descontaminar la ciudad”,
Luego de investigar y observar con mayor detalle los resultados, pudo establecer un método para el desarrollo de las especies identificadas. En ese intertanto, surgió el concurso Corfo, el que fue aceptado, tras lo cual comenzó formalmente el trabajo para generar un producto natural que contribuya a descontaminar las urbes.
Un concepto clave en el plan que se pretende desarrollar en la ciudad, es el de “ensamble”, que alude a conjuntos que son armados de manera artificial a diferencia de las llamadas “asociaciones” que ocurren de manera natural.
Estos ensambles entre árboles y otras especies permitirían que aquellos al ser ocupados como soporte incrementen de manera importante la cantidad de áreas verdes disponibles y por lo tanto la cantidad de filtradores de agentes contaminantes.
Las especies que serán introducidas y asociadas a los árboles urbanos corresponden en general a musgos, líquenes y enredaderas. El ejemplo más cercano a lo que se propone Becerra son “las coberturas de los servicentros y obedecen a otras especies, que están ordenadas, no superpuestas”, plantea el experto.