Si bien la cosecha de cerezas para exportación ya comenzó en algunas zonas de la región, como en Huape, Buli, San Nicolás, Quillón y hacia el poniente de la Ruta 5, el panorama es distinto en el valle regado y en la precordillera, donde aún no se inicia, evidenciando un retraso de, al menos, una semana, causado por factores climáticos, explicó Carlos González, productor cerecero de Chillán y presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, quien estimó que la cosecha podría partir cerca del 20 de diciembre.
“Se ve una baja producción no menor y es de esperar que los precios estén buenos”, afirmó el dirigente gremial, en alusión a que los productores chilenos deben competir entre ellos en los mercados de destino -principalmente China-, porque es el mayor exportador de cerezas del hemisferio sur, y según las estimaciones del Comité de Cerezas de Chile, a la fecha se ha exportado un 67% menos que en igual fecha de la temporada pasada.
“Tiempo atrás proyecté que esta temporada Chile exportaría alrededor de 70 millones de cajas, me dijeron que estaba exagerando, cuando los demás hablaban de 90 a 110 millones, pero parece que yo no estaba tan equivocado y hoy reafirmo que vamos a andar entre 70 y 75 millones de cajas. Hay poca fruta”, comentó González, quien acotó que “en Ñuble hay un 50% menos de frutas en comparación con la temporada pasada”.
Explicó que “hay sectores muy golpeados, porque tuvimos un invierno muy lluvioso, una primavera muy helada, por lo tanto, la polinización fue muy mala, y tuvimos mucho aborto de fruta, lo que va a causar esta baja en la producción. Hay productores que están muy afectados, que incluso van a tener menos de un 50% de producción”.
El fruticultor apuntó al valle central y la precordillera como los sectores más afectados por la proyectada caída en los rendimientos. “Además, hay que poner mucha atención en la cosecha, porque la fruta no viene uniforme en tamaño y en color y más de alguna fruta también va a salir con algún daño y eso va a significar que, además, en las líneas de proceso en las plantas exportadoras va a tender a bajar nuevamente el porcentaje de fruta exportable”, puntualizó.
En ese sentido, advirtió que la baja en la producción “genera la tentación de relajar los criterios de la fruta óptima para embalar, descuidando la importancia de la calidad uniforme, por ejemplo, en términos de calibre y de color; por eso desde la industria hay un llamado a cuidar la buena fama ganada por Chile en China”.
Por otro lado, reconoció como puntos positivos la recuperación de la logística china y la moderación de los valores de fletes navieros; asimismo, planteó que dada la menor cantidad de fruta que debiera llegar al país asiático y la alta demanda, “por lo tanto, esperamos, para compensar la baja en producción, que se refleje en buenos precios”.
González precisó que el impacto en los rendimientos será menos fuerte en Ñuble que en las regiones del Maule hacia el norte. “Será un impacto menos fuerte, porque acá hay más variedades tardías y precisamente la variedad Regina es una variedad tardía que se ha comportado no tan mal, en comparación con el norte, donde variedades como Lapins y Santina no tuvieron la cantidad de horas frío que se requieren, a lo que se suman los eventos climáticos de las fuertes lluvias, yo creo que en el norte están muchos más complicados que nosotros con la menor producción, y eso da como resultado la menor cantidad de fruta para exportar”, analizó.
El timonel gremial añadió que, uno de los efectos de la menor producción será la menor demanda por cosecheros en los campos, un aspecto relevante si se considera que el rubro es intensivo en el uso de mano de obra.