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Protección de nuestros humedales

Municipalidad de Cobquecura

Pese a todos los beneficios ambientales que nos entregan, no siempre son debidamente protegidos, produciéndose una degradación que a veces lenta, otras veces más rápida, termina por privarnos de estos valiosos ecosistemas e hipotecando el futuro ambiental de las próximas generaciones. Hoy se conmemora el Día Mundial de Los Humedales y es una buena oportunidad para preguntarnos qué estamos haciendo en Ñuble para preservarlos.

Los humedales tienen una enorme importancia para la supervivencia humana y la diversidad biológica. Sin ellos seríamos mucho más vulnerables a los efectos del cambio climático y a la alteración de los ciclos del agua.

Sin embargo, pese a todos los beneficios ambientales que nos entregan, no siempre son debidamente protegidos, produciéndose una degradación que a veces lenta, otras veces más rápida, termina por privarnos de estos valiosos ecosistemas e hipotecando el futuro ambiental de las próximas generaciones.

Hoy se conmemora el Día Mundial de Los Humedales y es una buena oportunidad para preguntarnos qué estamos haciendo en Ñuble para preservarlos.

Lo primero debería ser la total identificación, pues se cree que hay al menos 50, pero la Seremi de Medio Ambiente tiene bien caracterizados 37, los que se encuentran georreferenciados y forman parte del Plan Nacional de Humedales. En el caso de Chillán, la entidad tiene registrados hasta ahora siete, donde destacan el de Parque Lantaño, ubicado en una zona de crecimiento inmobiliario y claramente amenazado por esa expansión.

Una de las comunas que tiene el mayor número de humedales registrados es Cobquecura, con seis, mientras que El Carmen tiene siete y Pinto seis, hasta ahora.

Bulnes tiene tres grandes humedales, de los cuales el de Santa Elena (de 151 hectáreas) es uno de los más estudiados por científicos nacionales y de otras latitudes, ya que se trata de un ecosistema que alberga gran cantidad de vida animal y se encuentra en buen estado de conservación. La comunidad y el municipio buscan que Santa Elena sea declarado Santuario de la Naturaleza, como ocurrió el año pasado con la desembocadura del río Itata, donde 928 hectáreas lograron ser protegidas gracias a esa categoría.

Erradicar la caza furtiva de aves, la presencia de perros asilvestrados y vehículos motorizados, el pastoreo de ganado sobre vegetación ribereña, la extracción ilegal de agua y los microbasurales, son todas amenazas que requieren ser contenidas en nuestro territorio. Se nota un esfuerzo de la comunidad organizada por preservarlos, ayudando a su visibilización, desarrollando estrategias de protección y al mismo tiempo iniciativas de educación ambiental, necesarias para reconocer la importancia de estos ecosistemas, como podría ser utilizarlos como laboratorios para la enseñanza de las ciencias a niños, niñas y jóvenes.

Próxima a cumplir tres años de su promulgación, la ley de humedales urbanos tuvo una positiva inspiración al establecer la competencia de los municipios para activar medidas de protección y hacer vinculantes las decisiones de la ciudadanía organizada.

Hoy, precisamente, la normativa tiene el gran desafío de reforzar la articulación entre las demandas ciudadanas de protección de los humedales y los procesos institucionales, donde los municipios –salvo honrosas excepciones- están al debe en su obligación de generar los mecanismos de participación para preservar estos valiosos ecosistemas.

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