La campaña del Ministerio de Salud dirigida a los rezagados en la vacunación contra el Covid-19, que en la región de Ñuble alcanzaban, hasta ayer, 50.691 personas, ha generado diversas reacciones entre expertos del área.
La inmunóloga de la Universidad de Valparaíso, Caroline Weinstein, planteó que es una pérdida de tiempo establecer tres días de vacunación para los rezagados durante esta semana. En declaraciones a radio Cooperativa, indicó que se debería avanzar en el proceso y no insistir en “testarudos”.
Una opinión distinta manifestó el epidemiólogo de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, quien expresó que es necesario seguir incentivando a la población que aún no adhiere al proceso, pero sin dejar de lado el calendario oficial que se está impulsando.
El experto propuso que se realice una “gran vacunatón”, abriendo los centros de vacunación a las personas que quieran adherirse a la campaña.
“Creo que es importante insistir y volver a llamar a los rezagados para que se vacunen, pero sin descuidar el calendario regular de vacunación. A mi juicio, lo que hay que hacer es una “gran vacunatón”, de modo tal de ojalá terminar en lo que nos queda de junio, pero al respecto creo que no es perder el tiempo con los “remolones”, sino que a pesar de ello, hay que seguir vacunando”, manifestó.
El académico explicó que si los “incentivos” no funcionan, definitivamente va haber que apuntar a una cohesión legal.
“EE.UU, que en generalmente uno lo mira como un país de la libertad personal, hace unos cuatro años atrás, a propósito de los movimientos antivacunas, cuando volvieron a aparecer algunas enfermedades que estaban erradicadas en algunos estados, definitivamente propusieron y elevaron a la categoría de ley estatal, para que los padres que no querían vacunar a sus hijos perfectamente podía ser demandados por los estados y pagar con cárcel”, detalló.
En ese sentido el secretario del Colegio Médico, José Miguel Bernucci, explicó que la situación no es aplicable, porque según los expertos en inmunización, esta situación de generar una obligatoriedad en la vacunación puede generar el efecto contrario y generar aún más resistencia en la población.
“Lo primero antes de realizar una intervención tienes que saber por qué la gente no se vacuna. Lo más probable que en nuestro país, por la tremenda experiencia que tenemos en programas de vacunación incluso mucho más allá de EE.UU y Australia, en general, lo grandes problemas no son de motivación, sino de acceso. En ese sentido, lo que necesitamos aquí, es que la personas que se quieran vacunar pueda vacunarse, y eso hoy en día con el calendario muy estricto, con los horarios que estamos teniendo de vacuna, no se está generando. Entonces, más allá de dar plata o dar descuentos en el comercio, lo que necesitamos es aumentar el acceso, que las personas que quieran vacunarse, la vacuna esté disponible”, sostuvo.
“La obligatoriedad puede ser peor que la misma enfermedad, que no vacunarse, porque la obligatoriedad genera resistencia, oposición y, en ese sentido, parece mucho más aconsejable, por ejemplo, hacer campañas de beneficios de la vacunación y aumentar el acceso”, añadió.
Texto: Marcelo Navarrete| S. Núñez.
