Señor Director:
Lamentablemente, en Chillán no hay que recorrer mucha distancia para encontrarse con un microbasural. Estos son cada vez más frecuentes, y además van creciendo en número. ¿Malos hábitos? ¿Poca educación? ¿Carencia de opciones para depositar los desechos domiciliarios? Las razones pueden ser muchas, y no estar tan claras. Pero lo cierto es que el daño al medio ambiente y a la salud de las personas es una amenaza latente.
A la fecha se han intervenido 12 microbasurales a través del programa de intervención en espacios públicos. Pero también tenemos alrededor de 12 microbasurales grandes que están insertos en sitios privados, por lo que el municipio no tiene herramientas jurídicas para entrar ahí.
Tener un microbasural en tu comunidad es algo que genera molestias, pero también preocupación. La municipalidad se encarga de realizar limpieza, pero a los días reaparecen, lo que se torna frustrante para los vecinos. Pero no sólo están en espacios públicos: también se observan en sitios privados en desuso, donde la municipalidad no posee herramientas jurídicas para intervenir.
Como concejal propongo que desde la municipalidad se aumenten los recorridos preventivos por parte de inspección y trabajar en una nueva ordenanza municipal rígida en la sanción de quienes son sorprendidos botando material en desuso. Por otro lado, los privados que tienen sus terrenos sin ocupar, y que también son espacios que la gente usa para contaminar, deben asumir la responsabilidad que les compete.
Si queremos tener una ciudad más limpia, ordenada y segura, es un trabajo en conjunto que debemos realizar tanto desde la sociedad civil y de las instituciones públicas. Es importante denunciar a quienes no quieren aportar en el bienestar de la comunidad.
Rodrigo Ramírez S.