Un poco promisorio futuro para las cooperativas eléctricas, como Copelec en Ñuble, es lo que el senador Felipe Harboe ha advertido si es que no se generan cambios sustantivos y urgentes a la ley de distribución eléctrica.
“Si no se tramita rápido el proyecto de ley corta que regula la tasa de retorno, las cooperativas pueden desaparecer”, dijo el parlamentario.
Se habla, entonces, de un modelo mal planteado, de una vara que mide como iguales a las cooperativas de cobertura casi exclusivamente rural, y a las grandes distribuidoras que, en contraste, trabajan con el enorme mercado urbano.
“Y ahora, si la rentabilidad se baja del 10 al 6 por ciento sin impuesto, tenderíamos a desaparecer, porque la realidad de la distribución rural con la urbana no tiene ningún parámetro de comparación, pero sí tenemos la misma ley”, dijo el presidente de Copelec, Manuel Bello.
A modo de ejemplo, plantea que “los rurales tenemos un cliente cada tres kilómetros y la competencia, con la misma ley, tiene 120 clientes por kilómetro, nuestra dinámica del día a día tiene un costo mucho más alto en comparación con la industria, y ese es el problema”.
El conflicto no es exclusivo de Chile y la casuística en América ha resultado devastadora. Sólo en Argentina, unas 200 cooperativas estaban en riesgo de quiebra para el 2017 a causa de compartir las mismas tarifas y leyes que las distribuidoras industriales urbanas.
Por tal razón el senador Harboe, solicitó una reunión con el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet para tratar la promoción de modificaciones a la ley que no atenten con su rentabilidad.
“No podemos olvidar que las cooperativas tienen una labor social importante, porque llegan donde las otras empresas no quieren llegar porque para ellos no es negocio”, apunta Harobe.
El congresista busca garantizar que las modificaciones de tarifas, que se vienen discutiendo en la cámara de diputados hace algunos meses, mantengan la viabilidad financiera de las cooperativas eléctricas”.
Aclara que también se pretende un reordenamiento de las tarifas, porque si la rentabilidad que se plantea es mayor a la que ya tienen se puede aspirar a mejores prestaciones de servicios, menos cortes de energía y una modernización de sus sistemas de distribución.
Otro cálculo que plantea Harboe es que “si va a bajar la rentabilidad, hay que bajarla a aquellos que trabajan en lugares con mayor densidad y por lo tanto tienen mayor nivel de ingresos acumulados”.
Las tres propuestas
Dentro de las propuestas de Harboe, destacan el declarar más zonas típicas para las cooperativas, la creación de un proceso de fijación tarifario diferenciado y que se establezca una tasa de riesgo difernciado, un poco mayor a las que tendrán las grandes empresas.
No redunda en clientes
Finalmente, Manuel Bello, aclara que el resguardo de la rentabilidad, mediante costos diferenciados con la industria, no redundaría en un alza en las boletas de consumo de los clientes, que sólo en Ñuble son cerca de 60 mil.
“Lo que pasa es que las tarifas son reguladas por el Ministerio de Energía a través de decretos tarifáricos que se generan cada seis meses, aproximadamente, entonces de ninguna manera estas modificaciones a las que aspiramos significarían un alza en las tarifas”, aclara.
Bello explica que la propuesta para mejorar la rentabilidad pide que los componentes de porcentajes que actualmente tienen en la mantención y distribución se mantegan.
“Si bajan, menos el IVA, desaparecemos, pero si mantienen el mismo 10%, por dar un ejemplo, podríamos seguir operando”, finaliza.