Señor Director:
Cada vez se hace más urgente, el que todas las promesas electorales, en especial la de los candidatos a presidente de Chile, sean debidamente respaldadas por quienes las emiten, dejando en garantía sus patrimonios personales, familiares, de partido político que lo apoya, tal vez no en un 100%, pero en una cantidad tal que los haga reflexionar, antes de echar a correr la imaginación.
Es hora que haya más seriedad y responsabilidad en los candidatos, en especial ante los más vulnerables, que ven en estas “liquidaciones de promesas” una falsa solución definitiva de todos sus problemas.
Luis Enrique Soler Milla