Señor Director:
El 7,2% de inflación anual que tuvimos durante 2021 es, sin duda, un golpe al presupuesto de las familias, que experimentaron una pérdida del poder adquisitivo principalmente en el segundo semestre del año pasado.
Los sectores que más sufrieron alzas de precios corresponden también a aquellos productos que la mayoría de las familias hacemos uso sin distinguir ingresos como son Alimentos, Vivienda y Servicios Básicos.
En tiempos de alta inflación, ideal es que las familias realicen un presupuesto de compras y vayan haciendo seguimiento de ese consumo. Mientras hay productos y servicios que se vuelven fundamentales en la canasta (alimentos, pagos de servicios básicos, transporte, por ejemplo), hay otros que pueden clasificarse como suntuarios. Esto para dar prioridad a lo realmente necesario y eliminar aquello que se pueda dejar de consumir.
Por otro lado, proyectar la compra de algunos productos de manera mayorista, en alianza con familiares y vecinos, puede ser una buena forma de ahorrar. Por último, el registro de los gastos que tiene una persona o familia es muy útil para identificar y tratar de eliminar los “gastos hormiga”: compras de snack, desayunos en el trabajo o también compras impulsivas en el comercio, las que, al momento de sumarlas mensualmente, pueden ser un componente importante del presupuesto familiar. La idea es identificarlas y establecer compras más eficientes.
Karin Bravo Fray
Directora de Posgrados, Universidad San Sebastián
