El Rector de la Universidad de Concepción, Dr. Carlos Saavedra Rubilar, destacó el creciente interés de la comunidad UdeC por participar de manera entusiasta en el proceso de elaboración del plan maestro para el campus Chillán de la casa de estudios superiores, “la hoja de ruta que va a marcar el destino de esta comunidad y el impacto de la Universidad de Concepción en la ciudad y en la región”.
La máxima autoridad universitaria afirmó que la participación es un principio fundamental de este proceso, que comenzó formalmente el año pasado, subrayando que “se ha ido consolidando una imagen de los requerimientos de esta comunidad y también los alcances que tiene para la ciudad y para la región”.
“Se ha ido gestando un compromiso, un apego al plan maestro a medida que avanza el proceso de participación. Yo creo que este es un proceso que ha ido de menos a más, en forma permanente, continúa generando adhesión”, reflexionó.
El Rector explicó que “lo que buscamos es la posibilidad de la co-construcción del desarrollo futuro del campus, que permita aportar al crecimiento tanto de la ciudad como de la región, con características particulares que tiene este campus a partir de su historia”. En ese sentido, hizo hincapié en la participación y la incorporación del desarrollo histórico del campus como elementos distintivos “que nos permiten ir definiendo las necesidades futuras, también las perspectivas de nuevas carreras, de áreas emergentes en el quehacer institucional para aportar al desarrollo”.
Planteó que el desarrollo de Chillán como ciudad universitaria coloca al campus de la UdeC en una parte integral “aportando con nuevos espacios de áreas de verdes, de recreación e integración con la ciudadanía, y el refuerzo a los campos experimentales de la Universidad de Concepción”. Al respecto, se mostró optimista y esperanzado respecto al desarrollo de estos campos experimentales que posee la casa de estudios en San Carlos, en el camino a Cato y en el camino a Coihueco, “donde vemos posibilidades reales de desarrollo de cada una de las áreas disciplinares, fortaleciendo espacios de experimentación, pero también espacios de vinculación con los sectores productivos característicos de esta región”.
Distrito agroalimentario
“El plan ha ido incorporando todos estos elementos, estamos en la fase de pensar y planificar el desarrollo en términos de infraestructura, arquitectónico, de urbanismo, de cómo se integra a la ciudad, y allí el proyecto del Distrito de Innovación en Tecnología Agroalimentaria Inteligente juega un papel trascendental en el sentido de incorporar las mejores capacidades, humanas, científicas, tecnológicas, y de orientación aplicada, para fortalecer los nexos de colaboración y desarrollo de la región”, expuso el Rector.
Consultado por la infraestructura que se proyecta, el Dr. Saavedra indicó que “este campus tiene una estructura de edificación que tiene características patrimoniales, que es la del entorno, la del desarrollo a baja altura, con la estructura tradicional, y lo que uno esperaría es que esta estructura y el tipo de infraestructura se pueda preservar en el futuro, pero incorporando elementos tecnológicos modernos. Entonces, estoy seguro que estos elementos identitarios de tradición de la región de Ñuble van a estar presentes en la nueva etapa y pienso que las primeras tres edificaciones mayores de la nueva infraestructura van a estar asociadas al distrito de innovación y pienso que debiesen la puerta de entrada al campus del siglo 21”.
En ese sentido, la autoridad sostuvo que las primeras obras del Distrito de Innovación “debiesen iniciarse en este periodo”.
Sobre este proyecto, valoró el trabajo colaborativo con el sector público a nivel local. “Con el Gobierno Regional hemos planteado este desafío mayor de la concreción del Distrito de Innovación, que se trata de poner a disposición las tecnologías habilitantes clave que permitan el desarrollo en diversas áreas. Éstas son las tecnologías digitales, las tecnologías de información y comunicación, de robotización y sensorización, y hemos ido buscando armonizar esto con los desafíos regionales. Más del 70% de la producción agroalimentaria de la región proviene de pequeños productores que tienen terrenos cercanos a 2 hectáreas, entonces, esto requiere de un acompañamiento específico, de incorporación de técnicas de modernización de los procesos productivos, pero también de tecnologización, de capacitación y de acompañamiento posterior, y esto es lo que esperamos que se genere a partir del polo en esta pequeña escala, pero también ir desarrollando productos que aporten a la industria a nivel nacional y global, y por supuesto que tiene que haber una relación virtuosa entre el Estado, la academia y el sector privado, de gran y pequeña escala, en donde esperamos promover nexos de colaboración que hoy no necesariamente están disponibles”, profundizó.
Nuevas carreras
Respecto a la apertura de nuevas carreras, planteó que debe existir una respuesta armónica: “por un lado, las demandas reales de formación para el desarrollo de la región y el país, las que hoy se demandan está claro que debemos atenderlas, en las cuales tengamos capacidades a partir de una historia construida en 103 años. ¿Tenemos capacidad de expandirnos? Por supuesto. Las áreas de las ciencias de la vida y la salud son un área interesante de expansión, pero también otras áreas de ingeniería o afines, en ciencias ambientales, y las colaboraciones mutuas, pero me gustaría ver emerger carreras bastante no tradicionales en el campus, que integren habilidades y capacidades tradicionales que no necesariamente están unificadas hoy en una carrera”.
Ejemplificó que “hay carreras que están basadas naturalmente en el uso de tecnologías, que hoy se relacionan con una multiplicidad de áreas de aplicación, y se va expandiendo, pero esas áreas tienen alcance no solo en el área disciplinaria misma, sino que tienen impacto en otras”, por ejemplo, en el manejo de datos.
“Yo esperaría que la comunidad pudiera poner atención a esta posibilidad de las carreras emergentes y abrirnos hacia ambientes formativos más libres para nuestros estudiantes, yo me imagino en un futuro no lejano para nuestros estudiantes que puedan cursar carreras de 5-6 años, que tengan módulos disciplinarios bastante tradicionales como los de hoy, pero que en los últimos 2-3 años sean de total libertad para el estudiante para elegir ramos que construyan su propio camino profesional desde la perspectiva de la interdisciplinariedad”, complementó.