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Primarias

Mauricio Ulloa

Hay muchos pasos prudentes y razonables que se pueden dar revertir la situación actual de fuerte desafección ciudadana que sufre la política. Pero para dar esos pasos tiene que haber una voluntad concreta por parte de los actores políticos para abandonar aquellas prácticas reñidas con la más elemental idea de participación.

Por eso, más allá del rotundo triunfo del representante del PPD, el ex concejal Camilo Benavente, la primaria realizada por el bloque Unidad Constituyente para definir a su candidato a la alcaldía de Chillán, deja interesantes conclusiones sobre la importancia de este mecanismo de selección de representantes que vale la pena comentar.

Primero, la centroizquierda ya aprendió la lección, al menos en Chillán, después de dos sucesivos fracasos por presentar malos candidatos designados por las cúpulas. 

Una de las principales virtudes de las elecciones primarias es que permiten oxigenar el proceso de renovación de las elites, al darles la posibilidad a caras relativamente desconocidas de hacerse con los cupos, desplazando a los veteranos que corren con ventaja en este esquema de designación desde arriba.

Es discutible si realmente eso ocurrió en Chillán, pero el hecho es que las primarias de la ex Concertación convocaron a casi 4 mil electores, número que puede parecer marginal -pues representa apenas 3% del padrón electoral de la comuna- pero que coincide e incluso supera la participación de procesos similares en años anteriores.

La atención ahora está puesta sobre la derecha y el mecanismo que usará para la definición de su candidato o candidata al sillón municipal de Chillán. Un proceso donde comienza a ganar terreno la idea de realizar primarias, pese a la resistencia de sectores en la interna de Chile Vamos que siguen prefiriendo las negociaciones cupulares y las designaciones a dedo; la llamada “dedocracia” que ha arrastrado a la política chilena a los peores niveles de confianza y reconocimiento ciudadano de su historia.

Sobra evidencia de que las prácticas que han dado la espalda a la voluntad popular terminan generando un fuerte rechazo de parte de la ciudadanía y que las primarias son un buen remedio para contener en algo esa crisis de representatividad. Es por lo mismo que ningún dirigente político debería oponerse a ellas. Es hora de demostrar con hechos la vocación democrática tantas veces declarada en los discursos.

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