La pandemia del covid-19 tomó por sorpresa tanto a trabajadores como a empresas, sacudiendo al mundo laboral y obligando a las organizaciones a adaptarse a una nueva realidad, en medio de una crisis sanitaria sin precedentes. Muchas no lo lograron y hemos sido testigos de aquello. Otras lo siguen intentando. Pero hay algunas que se adaptaron de forma exitosa a esta nueva realidad y lograron mantenerse activas y ofrecer las mejores condiciones de trabajo posibles para sus colaboradores.
Son esas organizaciones precisamente la materia prima del Premio Impulso, una iniciativa de promoción de buenas prácticas laborales que impulsa la Escuela de Administración y Negocios (EAN) de la Universidad de Concepción y que en su quinta edición volvió a convocar a diferentes empresas de la región que se sometieron a un riguroso estudio y encuestas a sus trabajadores, realizadas por expertos de esa unidad académica.
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Y como el objetivo es traspasar experiencias exitosas, cada proceso y este en particular, deja interesantes lecciones sobre las que conviene poner atención. Destacan, por ejemplo, prácticas que tuvieron por objetivo evitar que los trabajadores, así como contratistas y familiares se contagiaran de covid-19. Estas medidas incluyeron levantar información sobre los riesgos individuales de cada colaborador (a), implementar teletrabajo para quienes presentaran riesgo alto, el compromiso de no despedir a nadie, y en algunos casos incluso se activaron medidas motivacionales, como bonos o premios a quienes representaran mejor el espíritu de autocuidado.
También hay importantes enseñanzas en materia de procesos, ya sea para evaluar riesgos, como también para ejecutar las medidas de protección, y acciones de verificación, como autorizaciones de trabajo, registro de sanitizaciones, distanciamiento, uso de mascarillas y alcohol gel, entre otras medidas específicas que para muchos y muchas fueron familiares estos últimos dos años.
Igualmente, hubo en nuestra región experiencias muy valorables de apoyo psicosocial y psicoemocional ante diversos problemas derivados de la pandemia, como la incertidumbre, las dificultades del trabajo remoto y los problemas anímicos, que también exigieron medidas para ayudar a las personas a adaptarse mejor a este nuevo escenario.
En síntesis, puede hallarse en este proyecto de vinculación con la comunidad del Campus Chillán de la UdeC una serie de positivos ejemplos -que dejan valiosas enseñanzas- de cómo tener ambientes organizacionales saludables y buenas prácticas laborales que permitan mantener a las personas en su trabajo de manera segura y en plenitud, e incluso aumentar la productividad, como ocurrió con algunas de las organizaciones participantes.
El principal mensaje de la quinta versión del Premio Impulso fue que podemos aprender de la crisis y comprender que incluso en medio de una emergencia sanitaria se puede darle valor y dignidad al trabajo, y forjar un compromiso recíproco de buena voluntad, de rentabilidad económica y bienestar social e individual.
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