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Una buena parte de los sueldos de chilenas y chilenas se está yendo en costear qué comer. La canasta básica de alimentos ha registrado un alza importante de 50,3% en los últimos tres años. Un incremento superior al IPC en igual lapso que llegó a 30,1%.
Según el estudio “Radiografía a la Inflación de alimentos entre enero 2020 (prepandemia) y noviembre 2023”, los alimentos han tenido alzas anualizadas mayores a los aumentos del IPC, lo cual obedece a factores externos como el alza de precios de alimentos a nivel internacional, problemas logísticos tras la pandemia y el conflicto Rusia-Ucrania; y también a factores internos, como las ayudas estatales y retiros previsionales que aumentaron la liquidez y la demanda, presionando los precios al alza y eventos climáticos extremos que mermaron la producción.
De acuerdo al trabajo liderado por el Observatorio Económico y Social de la Universidad de La Frontera, las clases de alimentos que más han subido de precio son las hortalizas, legumbres y tubérculos, registrando un aumento de 72,4% en el periodo. A nivel de productos, la papa lidera el ranking de alzas de precios entre los 76 productos que componen la división de alimentos en la canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC), registrando un aumento de 194% entre enero 2020 y noviembre 2023. En segundo lugar aparece el pimentón y pimiento (113,6%) y tercero el huevo que registra un aumento de 92,8%.
Afortunadamente, la inflación está mostrando señales de moderación. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó a principios de esta semana que el IPC de marzo presentó un alza del 0,4%, un número inferior a lo esperado por el mercado. La variación en lo que va del año 2024 alcanza un 1,6%, y la cifra acumulada en 12 meses alcanza a 3,7%, mientras que el Banco Central y expertos han estimado que el rango de inflación llegará a 3,8% a fines de 2024, es decir retornaría a niveles históricos, mientras que para el Ministerio de Hacienda confirmaría el control de la presión inflacionaria y el inicio de la esperada reactivación económica, lo que es una buena noticia, de ser cierta.
No en vano a la inflación se le conoce en todo el mundo como el impuesto de los pobres, porque es en los sectores de menores ingresos y con mayores necesidades que el alza de precios permanente pega más duro.
Y durante 5 años, los gastos de subsistencia se han visto afectados principalmente por el precio de los alimentos, que deben ser mejor monitoreados por parte de las instituciones económicas, encargadas de vigilar, analizar, y actuar ante distorsiones y abusos.
Esta alza de más de 50% en los precios de los alimentos en los últimos tres años debe servirle también al país y a sus autoridades para mirar con atención el comportamiento de toda la cadena de producción y consumo de alimentos, desde sus distintos eslabones, regiones, productores, transportadores, intermediarios, centrales de abastos, supermercados y tiendas