Señor Director:
La guerra en Ucrania empuja el precio del gas, el petróleo y la bencina a niveles récord en el mundo entero y Chile no es la excepción. Es más, como no somos productores de estos combustibles, a diferencia de los demás países de la región, dependemos todavía más del precio internacional, que ha subido de manera sostenida hace más de un año en Europa, Asia, Estados Unidos y América Latina, pero con el conflicto en Ucrania se ha disparado. Lo más preocupante es que se pronostican subidas de precio durante todo este año.
Justo en este momento, en que vemos aumentos históricos en estos precios tras un año de alzas sostenidas a nivel global, comienza la discusión del proyecto de ley presentado por el Gobierno que regula el mercado del gas. Las expectativas de muchas personas, con justa razón, es que una nueva regulación genere una baja en los precios locales. Sin embargo, ninguna de las medidas que propone el proyecto para el gas licuado -que es un derivado del petróleo- aborda el problema de fondo: que dependemos completamente del precio internacional de una materia prima que Chile está obligado a importar.
El proyecto de ley tampoco asume ni dice que, para el petróleo y la bencina, el país cuenta con el Mepco, un fondo de estabilización que amortigua a nivel local el aumento de los precios internacionales. En cambio, no existe ningún sistema similar que beneficie a los consumidores de gas, que equivalen a más del 80% de la población. Por lo mismo, hasta que se tomen medidas para atacar el real problema de fondo, el precio internacional del gas seguirá impactando al presupuesto de personas y familias.
Ángel Mafucci