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Señor Director:
El deterioro de la política en nuestra sociedad es cada vez más evidente. Observamos cómo muchos de los postulantes a cargos de elección popular, carecen de la preparación necesaria para asumir responsabilidades. Se añoran los políticos de antaño, aquellos que elaboraban discursos con conciencia, donde la preparación y el debate eran pilares fundamentales. Hoy, la política parece haberse transformado en un mero negocio, donde la ambición personal supera el compromiso con el bien común.
La cantidad de postulantes a las Municipales y al Gobierno Regional es alarmante, pero lo que resulta aún más preocupante es la falta de ideas nuevas y brillantes. Los candidatos, en su mayoría, se limitan a replicar lo que las encuestas sugieren, sin conectar con la realidad comunal o regional. La repetición constante de términos como “seguridad” en la región más segura, pero que enfrenta una creciente percepción de inseguridad, evidencia esta desconexión.
El sistema político actual, en lugar de fomentar el debate de ideas, parece incentivar la fragmentación y el individualismo. Los líderes abandonan los pactos que los llevaron al poder, transformando a los partidos en meras empresas. Este panorama no solo refleja el deterioro de la política, sino que también cuestiona el verdadero propósito de quienes buscan representar a la ciudadanía. La política debe ser un espacio de ideas y propuestas, no un negocio personal. La urgencia de un cambio es inminente.
Ricardo Rodríguez Rivas