Alejandro Cifuentes, vivió en carne propia el cansancio que significa padecer apnea obstructiva del sueño, trastorno que le generó dejar de trabajar como conductor de microbuses urbanos en Chillán, luego de sufrir un accidente de tránsito. Actualmente, retomó su trabajo lleva 4 meses en la ruta, gracias a que su atención en el Policlínico del Sueño del Hospital Clínico Herminda Martín, le permitió tratar la enfermedad que impedía un adecuado descanso nocturno y que como él mismo reconoce lo abrumaba en muchos aspectos de su vida: emocional, laboral y físico, lo que incluso le causó problemas emocionales.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un trastorno común en el que la respiración se interrumpe o se hace muy superficial, originando pausas que pueden durar desde unos pocos segundos a minutos. Es causada por una obstrucción generada por los músculos de la lengua, el paladar blando o partes de la garganta que se relajan demasiado durante el sueño y bloquean las vías respiratorias.
Alejandro cuenta que desde diciembre del 2021, está usando una máquina CPAP que es el tratamiento más común para la enfermedad. Este implemento lo que hace es mantener abiertas las vías respiratorias mediante una ligera presión de aire que se incorpora a través de una máscara que se coloca sobre la nariz y la boca. “Estoy muy agradecido de Dios, de la doctora Ortega y de los profesionales, porque a mí, encontrarlos me salvó la vida, yo después de chocar y de sentirme tan mal con mi condición física, de buscar soluciones por muchos lados, que no llevaban a ningún punto, revisando redes sociales, apareció información sobre este proyecto y me pareció fantástico. Lo busqué y empecé a controlarme con la doctora, que siempre me dijo que me podía tratar y estar mejor”, contó.
Antes de usar la máquina, Alejandro tenía una depresión profunda. “Pasaba mucho tiempo durmiendo, tenía obesidad y no podía caminar más de 200 metros, me sentía terrible porque también con esto se afectaba toda mi familia. Me había entregado a Dios y que me llevara. Cuando recibí mi máquina, fue como cuando vas a acampar, y llevas una mochila súper cargada y te la sacas, así me sentí. La primera noche que la usé, descansé al tiro. Después de una semana, volví a trabajar. Ahora ando con mi máquina para todos lados. Yo bajé de peso, estoy normal, feliz”.
Mejoras en calidad de vida
Así como Alejandro, otras 40 personas han recibido tratamiento en el Policlínico que encabeza, la Dra. Paula Ortega, neuróloga especialista en trastornos del sueño. “La terapia que hemos implementado para las y los pacientes, ha impactado de forma muy positiva en su calidad de vida, permitiendo que muchos de ellos, retomen su vida laboral, gracias a que por la máquina CPAP vuelven a dormir de forma profunda y a conseguir un descanso reparador”.
La especialista, explicó que “cuando se producen las pausas respiratorias durante el sueño, el cerebro, el corazón, los riñones y otros órganos esenciales no reciben suficiente oxígeno y el dióxido de carbono puede acumularse en su cuerpo. Cuando el cerebro se da cuenta que no hay suficiente oxígeno y en cambio, hay demasiado dióxido de carbono envía una señal para respirar, que hace que la persona se despierte para respirar unas cuantas veces. Este ciclo se repite entre 5 y 30 veces cada hora, haciendo que se sienta cansado o agotado por la mañana”.
Es preciso estar atento a los signos de alerta que –en muchos casos- suelen ser advertidos por las parejas y que son ronquidos fuertes, resoplidos, sonidos de ahogos al volver a respirar. La neuróloga agregó que “si alguien siente más somnolencia de lo habitual, suele despertar en muchas ocasiones durante la noche, o al levantarse siente la garganta seca o le duele la cabeza y además, tiene dificultad para concentrarse o cambios de humor durante el día”, es recomendable que vea un especialista y que se haga un estudio de sueño, porque todos esos síntomas podrían explicarse como AOS.
Cabe destacar que, según la última encuesta Nacional de Salud de Chile, en un 63% de las personas hay sospecha de algún tipo de trastorno del sueño, siendo los más comunes el insomnio y la apnea. “Es fundamental recibir tratamiento, pues la Apnea no solo afecta al sueño sino que aumenta el riesgo de problemas de salud graves del tipo cardiovasculares, afecciones oculares, fatiga e incluso algunas interacciones con medicamentos. También es importante, que cambiemos nuestro estilo de vida si es que la padecemos. Dejar de fumar, perder peso, beber menos alcohol puede ayudar a sentirnos mejor, aunque no la aliviarán por completo si no se trata”, finalizó la facultativa.
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