El viernes de la semana pasada, el juez de Policía Local, Ignacio Marín, recibió una licencia de conducir falsificada.
La miró un par de segundos, la revisó por ambos lados y tras verificar anomalías mínimas y no perceptibles en un vistazo de rutina, concluyó que “son casi idénticas a las reales, por lo tanto, no nos cabe la menor duda que debe haber, realmente, muchas en circulación”.
La falsificación de estas licencias y su cada vez mayor circulación en Ñuble no solo enciende las alarmas por las pérdidas económicas que deja de recibir el municipio (o sea todos los ñublesinos).
“Lo más grave de todo es que generalmente, a quienes se ha sorprendido con estas falsificaciones son conductores de locomoción pública, como buses de traslado de trabajadores, furgones escolares y de transporte interurbano. Entonces, se trata de personas que no están habilitadas para manejar, y llevan a muchas personas consigo en forma diaria”.
De persecución penal, poco y nada, al menos en Ñuble. Los casos de condenas que se han hecho públicos, hablan de situaciones puntuales en ciudades como Castro o Punta Arenas, amén de denuncias que no derivaron en ninguna investigación.
“Pese a la gravedad que reviste esta situación, creo que uno de los problemas es que como delito, que se clasifica dentro de la Falsificación de Instrumento Público, tiene una penalidad muy baja, entonces, ser descubiertos no es una gran amenaza para el infractor”, apunta Marín, quien a diario es testigo de infractores como vendedores ambulantes o dueños de casinos populares quienes reditan lo suficiente en su actividad comercial ilegal, como para pagar mensualmente multas sin que eso les genere una gran merma a sus ingresos.
“Y el descaro ha llegado a tal punto, que hoy nos encontramos con personas que ofrecen acá en Chillán, abiertamente licencias falsas por redes sociales como Facebook, a sabiendas que se trata de un delito”, repasa el juez.
Derecho a guardar silencio
De enero a mayo del 2019, Carabineros ha detenido a 11 personas en todo Ñuble, por portar licencias falsificadas, cifra que resulta llamativa si se considera que tanto en 2017 y en 2018 hubo un total de 13 detenidos en la Región, es decir, prácticamente este año el número se ha duplicado.
En tanto, las condenas son aún menores, con no más de una al año.
“Se debe entender que en nuestro rol fiscalizador solo se contempla la detención de toda persona que esté utilizando una licencia de conducir falsa, quienes sin excepción, pasan a control de detención para que, posteriormente, sea el Ministerio Público el que decida si se le formaliza o no. En adelante, ya queda todo en manos de los respectivos tribunales”, explica el coronel John Polanco, prefecto de Carabineros Ñuble.
Respecto a las escasas investigaciones que suele haber respecto a quienes están detrás de las fiscalizaciones, Polanco agrega que “generalmente se detiene a los conductores que portan estas falsificaciones y no a los falsificadores, y los detenidos tienen derecho a guardar silencio”.
Sin embargo, hay personas que las ofrecen por Facebook y quienes han dicho en el Juzgado de Garantía haberlas comprado a funcionarios de la Inspección del Trabajo, sin que esto haya motivado una investigación formal.
El amplio mercado
El costo por licencia falsa, es de entre $20 mil y $100 mil, según los informes policiales de los casos investigados en el sur.
En contraste, el diseñador gráfico chillanejo, Alexander Villagrán, dice que “este tipo de documentos, como la licencia de conducir, es muy fácil de plagiar y a muy bajo costo. Al menos para un ojo no acostumbrado a la licencia o que no esté pendiente de las fallas, una réplica quedaría casi igual a la original si se tienen los conocimientos para hacerlo”.
Según el profesional, se requiere de impresoras de alta calidad para simular un sello de agua y “conocimientos de programa de diseños, es decir, las falsificaciones que son parecidas a las legítimas no las puede hacer cualquier persona, debe ser trabajo de gente con experiencia”.
En es misma línea, el juez Marín afirma que “la licencia actual es de mala calidad, creo que un avance sería emitir documentos de alta calidad, similares a la cédula de identidad, sobre todo hoy, que la tecnología está al alcance de todos”.
Lo anterior cobra relevancia mayor si se entiende que hay cada vez más personas conduciendo de manera irregular.
En 2017, las infracciones por manejar sin licencia fueron 106; y en 2018 subieron a 164.
“Por lo que hemos advertido, la mayoría de la gente que compra estas licencias son personas que no tienen su cuarto medio rendido, y también hemos visto varios casos de personas analfabetas y gente a la que se le ha quitado la licencia por parte de algún tribunal”, describió el juez Marín.