Señor Director:
Tras su creación en 2007, la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR) ha cumplido un rol fundamental en promover el alcance de la ley número 19.638 de libertad de culto, como impulsora del diálogo público con la diversidad de expresiones religiosas del país. En vistas de la importancia que tienen las creencias y espiritualidades, así como las no creencias, en nuestro territorio, la ONAR posee un rol fundamental en la integración de dichas perspectivas con una visión de Estado, en el marco del desarrollo plural y democrático de Chile.
Por ello creemos fundamental que, a la luz de las transformaciones que el nuevo gobierno impulsa, y acorde a su programa, la ONAR se sume a este proceso y sea un espacio de representación de la diversidad de religiones, creencias y espiritualidades, y no sólo de algunas voces mayoritarias, especialmente evangélicas. Es la oportunidad de hacer de la ONAR una oficina realmente representativa y diversa, con el objetivo de convocar las voces de las comunidades y redes religiosas y espirituales, y facilitar el encuentro en torno a las urgentes problemáticas por trabajar como sociedad, desde una mirada amplia, inclusiva y de derecho.
Nicolás Panotto
Teólogo y doctor en Ciencias Sociales