De acuerdo a los indicadores socioeconómicos que presenta la Región de Ñuble, los cuales fueron analizados por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), ocho comunas cumplen con los criterios para formar parte de un nuevo programa de Zona de Rezago.
El informe elaborado por el organismo estatal, fue el insumo para que el Gobierno Regional de Ñuble (GORE) decidiera trabajar de manera cercana con los municipios de Bulnes, El Carmen, Pemuco, Pinto, San Carlos, Coihueco, Ñiquén y San Fabián, para coordinar y definir la conformación del nuevo grupo de comunas donde se aplicará un programa de ayuda económica y focalización de proyectos.
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La creación de esta nueva instancia permitirá la ejecución de una serie de iniciativas creadas, evaluadas y consensuadas entre el gobierno central y los gobiernos comunales, tras una previa socialización con las localidades y comunidades ñublensinas que serán las beneficiadas.
El coordinador regional de la Zona de Rezago, Jorge Romero, adelantó que de acuerdo al cronograma que se está elaborando como Gobierno Regional, a mediados de junio se estaría presentando ante el Consejo Regional (CORE) la lista de comunas que pertenecerán al nuevo programa, con el objetivo de que este órgano colegiado sea el que lo acepte y apruebe oficialmente.
De cumplirse sin mayores contratiempos esta gestión, que será antecedida por el visto bueno que cada concejo municipal debe darle a la idea de que sus comunas sean parte de una zona caracterizada como rezagada, entre julio y diciembre de este año se efectuaría la etapa participativa, en donde los equipos técnicos de las administraciones comunales, la institucionalidad pública gubernamental, servicios varios interrelacionados con los territorios y las comunidades, evaluarían qué obras de desarrollo son más oportunas de plantear.
La planificación del GORE Ñuble es que el nuevo programa de Zona de Rezago empiece a ejecutarse en julio del 2023, extendiéndose su aplicación por ocho años (hasta el 2031) tal y como originalmente se pensó para la Zona de Rezago del Valle del Itata.
Ñuble rezagado
Si bien en junio del año 2023 se cumple formalmente el plazo de ejecución del programa Zona de Rezago del Valle del Itata, el gobernador regional, Óscar Crisóstomo, mediante un oficio solicitó al Presidente Gabriel Boric y al subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Crispi, ampliar el plazo de vigencia del mismo por tres años más.
Uno de los argumentos presentados por la autoridad ñublensina es el bajo cumplimiento de los proyectos. Según cálculos actualizados entregados por el coordinador, Jorge Romero, a la fecha se tiene un 46% de avance en cuanto a la ejecución técnica (concreción real de las iniciativas), un 47% en ejecución financiera (gastos que generan las obras), lo que da un promedio del 46,5% de avance del programa.
De extenderse el tiempo para el Valle del Itata hasta el 2026 y considerando la idea del GORE Ñuble de iniciar en julio del 2023 el nuevo programa Zona de Rezago con las ocho comunas elegidas, la región tendría en su momento 17 comunas en esa condición (81% del total), en donde se esté desarrollando una política pública orientada a los territorios más pobres y necesitados del país.
En rigor serían dos provincias completas las que estarían siendo atendidas por el programa, (Itata y Punilla) y el 50% del Diguillín, quedando fuera solo Chillán, Chillán Viejo, San Ignacio y Yungay, debido a que sus indicadores socioeconómicos están por encima a la de sus pares más carentes.
El académico de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad de Concepción (UdeC), Roberto Herrera, precisó que desde ya se debería ir pensando para la región un plan mayor con participación de todas las comunas y apuntando a la promoción de iniciativas que sean de gran impacto para los ñublensinos en general.
“Según la Subsecretaría de Desarrollo Regional, las comunas que califican para zona de rezago presentan falencias en indicadores de aislamiento, pobreza y de vulnerabilidad. Y en mi opinión, si de las 21 comunas de Ñuble 17 están en esa condición, claramente se requiere un plan regional que aborde estos problemas, ya que el desarrollo de estas 17 comunas está dependiendo también de las restantes cuatro comunas, y con mayor prevalencia de Chillán, que es la capital regional y que debería garantizar el desarrollo armónico de las restantes localidades”, indicó.
Roberto Herrera añadió que, frecuentemente, se comete el error de priorizar iniciativas de infraestructura pública sin considerar que sean transversales a nivel de la región, por lo que el beneficio termina siendo marginal.
“En la literatura se sugiere considerar proyectos de ambas o más escalas, me refiero a nivel comunal, provincial y regional. Por lo que aplicar la zona de rezago a nivel de región tiene más sentido e impacto que en comunas particulares”, advirtió.
Siendo Ñuble una región con alto grado de ruralidad y teniendo una historia y presente asociado fuertemente a la agricultura, para el jefe de la Dirección de Desarrollo Económico y Productivo (Didepro) de la Municipalidad de Chillán, Renato Segura, es fundamental que se proponga una política mayor asociada a esta actividad.
“Es una tarea que desde el gobierno central tienen que acometer, porque no se saca nada con separar por comunas, cuando nosotros tenemos una estructura económica donde la actividad rural es preponderante en todas. Basta recorrer las zonas rurales de Chillán para ver que ha ido perdiendo terreno la actividad agrícola, cuando estamos en un periodo donde más se necesita alimentos. Para dejar de dar palos de ciego se requiere que, efectivamente, Ñuble sea considerado una zona de rezago pero en materia agrícola, para que el Estado a través de políticas, empiece a desarrollar este sector”, comentó y al mismo tiempo sostuvo que el impulso al rubro se podría dar mediante beneficios tributarios, introducción de tecnología a la pequeña industria y asesoramiento y ayuda técnica para garantizar cosechas de diversa índole todo el año.
Renato Segura afirmó que los programas de Zona de Rezago en Ñuble y en todo Chile no resuelven el problema de fondo y que, muy por el contrario, retrasan o invisibilizan planes de desarrollo que pueden ser más efectivos y transversalmente beneficiosos para la población en general.
Asimismo opinó que, de seguir usándose esta misma receta, la región corre el riesgo de mantenerse eternamente en esta condición socioeconómica de ser un territorio con alto grado de falencias.
Expectativas
San Fabián de Alico es una de las ocho comunas que se sumarán al programa Zona de Rezago a implementarse en julio del próximo año.
A juicio del alcalde, Claudio Almuna, a la comuna que gobierna se le abrirá una gama de posibilidades para resolver aquellas necesidades que más le urge a la población, lo cual significará el mejoramiento de la calidad de vida de los vecinos(as).
“El hecho de que exista una priorización de proyectos para nuestras comunas es súper importante. En San Fabián lo necesitamos porque hemos vivido muchos años en postergación y si bien hemos avanzado en proyectos, tenemos que seguir adelante para beneficio de la comunidad”, recalcó.
El jefe comunal también comparte la idea de construir una hoja de ruta regional que hable de una política general y definida para todo Ñuble, antes que subdividir comunas por territorios.
“Yo creo que sería ideal una mirada regional y equitativa, con énfasis en atacar la pobreza ñublensina, que tienen las mismas características en todas las comunas, pero que es distinta a las que existe en otras regiones del país”, enfatizó.
El alcalde de El Carmen, José San Martín, manifestó que en su comuna tienen altas expectativas con la puesta en marcha del programa para zonas rezagadas y especificó que los mayores retos de la política estatal en su territorio, será resolver los problemas de conectividad, agua potable y vivienda.
La máxima autoridad carmelina coincidió con su colega de San Fabián de Alico al precisar que, dada la cantidad de comunas en la categoría de rezago, sería oportuno juntar a todas en un gran documento ñublensino.
“La Zona de Rezago incorpora las comunas que se han quedado atrás en el desarrollo, entonces lo que se busca es nivelar la cancha por decirlo de alguna manera; pero si más del 80% de las comunas están incorporadas en un planes de rezago, lo mejor sería ya tener un plan regional al respecto, es razonable”, expresó.
Eficiencia programática
Julia Fawaz, directora del Centro de Estudios Ñuble, explicó que la principal finalidad del establecimiento de zonas de rezago en el país es detectar las necesidades centrales, que hacen que un determinado territorio sea considerado como rezagado.
La académica recordó que, en el caso del Valle del Itata, se identificó que los indicadores de pobreza, aislamiento, entre otras variables, eran las que inhibían o limitaban su desarrollo. En ese sentido, comentó que será una trascendental tarea del nuevo programa elegir las mejores iniciativas que aborden las carencias.
“Habría que centrarse en cuáles son los objetivos de la declaración de zona de rezago. La idea es actuar en forma intersectorial, integral, articulando distintos programas; no se trata de una lista de proyectos, sino de focalizar los principales problemas y seleccionar las mejores políticas que puedan tratar esos problemas en particular”, precisó Julia Fawaz.
El coordinador regional de la Zona de Rezago, Jorge Romero, indicó que como Región de Ñuble se está solicitando al Ejecutivo la posibilidad de que la elaboración del plan sea más flexible, que permita algunas eventuales modificaciones en el futuro y así facilitar el desarrollo de proyectos.
El funcionario aclaró que la idea original es que en junio del 2023 finaliza la Zona de Rezago del Valle del Itata y al mes siguiente comienza el nuevo programa, lo que en rigor no se trataría de una política complementaria, independiente de si el gobierno central acepta la extensión por tres años más del primer plan hasta el 2026.
En referencia a la posibilidad de que se analice una política mayor que abarque todo Ñuble, Jorge Romero comentó que la propuesta del gobernador regional es incluir en el grupo nuevo algunas de las comunas que quedaron fuera (Chillán, Chillán Viejo, San Ignacio y Yungay); no obstante, enfatizó que eso tiene que ser verificado por la Subdere.
Texto: Jorge Chávez
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