Es un hecho que los pasados meses de junio y julio han sido los peores de la historia reciente del país, no solo en el aspecto económico sino social, pues las muertes y contagios generadas por el covid-19 no tienen comparación desde que Chile existe como país.
La destrucción de puestos de trabajo es evidente. En la Región son 47 mil, en el país dos millones de personas, sobreviviendo con las ayudas gubernamentales y con el 10% de los fondos previsionales.
Las cifras de desempleo tienen también el rostro de los llamados inactivos, esas personas que perdieron la esperanza de hallar trabajo porque no hay ofertas laborales en una economía peligrosamente parada.
El análisis de los números absolutos permite observar que se esconde una tasa desempleo mayor al 11,2% informado oficialmente. Y es que debido a la crisis sanitaria y económica, el número de personas que busca empleo ha caído sistemáticamente, lo que reduce el tamaño de la fuerza de trabajo y, por tanto, de la tasa de desempleo. En Ñuble, son 44.760 las personas que hace un año estaban activas en el mercado laboral, ya sea ocupadas o buscando trabajo, pero que han decidido abandonarlo porque sencillamente perdieron la esperanza de encontrarlo. Si sumáramos a los inactivos, la tasa de desempleo regional superaría el 27%.
Frente a esta realidad, la prioridad en materia de políticas públicas debería ser una agenda para acelerar la reactivación económica y el empleo, y es lo que el Gobierno puso ayer sobre la mesa.
El Presidente Sebastián Piñera lanzó el plan “Paso a Paso, Chile se recupera” de inversiones en obras públicas por más de US$34 mil millones en dos años, el cual pretende desarrollar 2.500 distintos proyectos y crear más de 250 mil empleos en todas las regiones del país.
Además, se dará impulso a la pequeña y mediana empresa. Para eso, además de los incentivos tributarios que están aprobados y en plan acción, se sumarán incentivos nuevos como la rebaja del Impuesto de Primera Categoría a las pymes del 25% al 10%, junto con la postergación en el pago del IVA.
El desempleo ya era el gran problema de Ñuble antes de la llegada del coronavirus y será uno de los impactos con mayor duración que le dejará la pandemia a la Región. Por lo mismo, es tarea del Gobierno fortalecer los mecanismos para proteger los empleos que quedan y tener estrategias para recuperar los puestos de trabajo perdidos y reconstruir el tejido empresarial, una tarea que no será fácil si no hay un contexto favorable para hacerlo, como son los mayores incentivos para emprendedores y empresarios tradicionales. La receta es correcta. Proveer liquidez a las empresas para salvar los empleos y apostar por la inversión con efecto contracíclico, para generar nuevos puestos de trabajo, reactivar el consumo y en consecuencia, la economía. Parece ser un libreto aprendido de las anteriores crisis, sin embargo, implementarlo ha demostrado ser mucho más complejo en un escenario de incertidumbre y desconfianza en la autoridad que se arrastra desde 2019.