El Presidente Sebastián Piñera anunció ayer el segundo plan económico de emergencia para enfrentar los efectos de la crisis por Covid-19, que tiene por objetivo proteger los empleos, los ingresos de las familias y el capital de trabajo de las Pymes y que en conjunto aportan US$ 5 mil millones en recursos directos del Fisco.
Por un lado, se creará un fondo de hasta US$ 2 mil millones, destinado a la transferencia de beneficios, que favorecerá a cerca de 2,6 millones de personas pertenecientes a la población más vulnerable del país, como los trabajadores independientes que no se verán beneficiados con la ley de protección al empleo.
Y por otro lado, un plan de garantías por hasta US$ 3.000 millones para que las empresas puedan acceder a líneas de crédito con garantías estatales en los bancos, con el objeto de cubrir sus necesidades de capital de trabajo durante tres meses, lo que incluye pago de salarios y arriendos, entre otros. Estas garantías permitirán financiar créditos a las empresas por hasta US$24.000 millones, lo que equivale a elevar en 20 veces las líneas actualmente disponibles.
Quedó pendiente, además, el anuncio de medidas de apoyo a los trabajadores a honorarios, que se conocerán en los próximos días.
Se trata de un paquete mucho más robusto que el anunciado el pasado 19 de marzo, pero todavía insuficiente para evitar que esta pandemia acabe con numerosas Pymes y destruya miles de empleos.
En ese sentido, es clave atender la inquietud planteada por las Pymes sobre las restricciones al acceso al crédito que imponen los bancos a los emprendedores, por ejemplo, cerrando la puerta a los morosos, que no son pocos, por lo que es fundamental que exista una adecuada flexibilidad de la banca en estos casos.
De igual forma, no debe descartarse la propuesta que apunta a que el Fisco pueda devolver el pago provisional mensual (PPM) de enero y febrero del impuesto a la renta efectuado por las Pymes, lo que inyectaría liquidez a estos emprendimientos con el compromiso de reintegrar esos recursos una vez superada la crisis.
Afortunadamente, el Estado de Chile tiene la capacidad de hacer un esfuerzo mayor, inyectando más recursos a la economía, entendiendo que se trata de una crisis sin precedentes y cuya magnitud aún es difícil estimar, pues ello dependerá de la evolución de la emergencia sanitaria.
Si bien se puede entender la estrategia de Hacienda de no quemar todos los cartuchos en el comienzo de la crisis debido a la incertidumbre sobre su duración; también hay que recordar que el espacio para aumentar la deuda pública todavía es amplio, y que es urgente atender hoy la emergencia de las familias más vulnerables asegurando su sustento, de manera que no deban debatirse entre contagiarse o pasar hambre.
Se debe abordar esta crisis con la urgencia que merece, entendiendo que si no se logra proteger a las empresas y los empleos hoy, así como a las familias más vulnerables, las consecuencias se percibirán mucho tiempo después de superada la pandemia, con un escenario de mayor pobreza y un sistema productivo diezmado,