El proyecto de paz estadounidense para Medio Oriente, que prevé en particular la anexión de partes de Cisjordania ocupada por Israel, recibió este miércoles una acogida favorable en Israel, muy hostil en los Territorios palestinos, y muy cauta o circunspecta entre la comunidad internacional.
Junto a su “amigo” el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el presidente estadounidense Donald Trump elogió el martes desde la Casa Blanca un proyecto en el que “todos ganan” con una solución de “dos Estados”.
Netanyahu celebró el plan como “un día histórico”, pero el presidente palestino Mahmud Abas, que ha rechazado en los últimos meses las ofertas de diálogo de Washington, afirmó que el plan “no pasará”.
El plan de la Casa Blanca le daría a Israel soberanía sobre el Valle del Jordán, una gran área estratégica de la Cisjordania ocupada desde 1967 donde el ejército israelí acaba de fortalecer su presencia, y que se convertiría en la frontera oriental de Israel.
“Oportunidad única”
“No, mil veces no”, titulaba el miércoles el diario palestino Al-Hayat al-Jadida.
“Quien acepte este plan es un traidor”, dijo a la AFP Firas Ladadwa, joven palestino de 23 años, en Ramalá, en Cisjordania.
Según el plan, Jerusalén seguirá siendo “la capital indivisible de Israel”, y se propone crear una capital del Estado palestino, en los alrededores de Jerusalén Este.
Algo inaceptable, responden los palestinos.
“Es imposible para cualquier niño, árabe o palestino, aceptar que no se tenga Jerusalén” como capital de un Estado palestino, dijo Abas, una posición que comparte el Hamas, el movimiento islamista que controla la Franja de Gaza, enclave geográficamente separado de Cisjordania.
“Velada histórica” titulaba por su lado el comentarista político Nahum Barnea en su editorial en el diario israeli Yediot Aharonot. “El plan que lleva el nombre de Trump cierra un capítulo de la historia del conflicto israelo-palestino, y abre uno nuevo”.
“La historia ha tocado a nuestra puerta anoche y nos ha dado la oportunidad única de aplicar la ley israelí en todas las colonias en Judea y Samaria (nombre que las autoridades israelíes dan a Cisjordania) y en el Valle del Jordán” se congratuló el miércoles el ministro de Defensa Naftali Bennett.
Pero entre los colonos israelíes, la satisfacción generada por la anexión de las colonias queda empañada por la mención de un Estado palestino.
“No dejaremos que se amenace la seguridad de las localidades en Judea y Samaria” afirmó Yisrael Gantz, uno de los responsables de las colonias en el sector de Ramalá.
Trump dijo que le futuro Estado palestino sólo nacerá bajo ciertas condiciones, entre ellas “el claro rechazo al terrorismo”.
La Casa Blanca detalló que el plan propone un estado palestino “desmilitarizado”, con fronteras muy alejadas de lo que aspiran los palestinos, a saber la totalidad de los Territorios ocupados por Israel en 1967.