El Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) para las comunas de Chillán y Chillán Viejo, está pronto a cumplir seis años desde su puesta en marcha en 2016 -tiene una duración de 10 años-, y en su quinto año puede ser modificado según las necesidades que se manifiestan con el tiempo y el impacto en el medio ambiente, cambios que ya se realizaron y están en análisis jurídico.
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El actual plan contempla nueve principales medidas: uso y mejoramiento de la calidad de la leña y artefactos de calefacción, mejorar la eficiencia térmica de las viviendas, control de emisiones de fuentes fijas, control de emisiones asociadas a las quemas agrícolas, forestales y domiciliarias, control de emisiones asociadas a fuentes móviles, gestión de episodios críticos de contaminación, educación y difusión ambiental, y compensación de emisiones.
Durante el año 2021, desde la Seremi de Medio Ambiente se trabajó para realizar modificaciones al PPDA. El seremi de la cartera, Patricio Caamaño, afirmó: “mandamos todo a jurídico para poder hacer los cambios de este año. El año pasado corresponde a la aplicación de lo que es este año último del plan, así que tenemos la resolución y todo, porque desde de los elementos más importantes que tiene que ver con el plan es la participación ciudadana. En el primer semestre enviamos toda la documentación referida a esto y como es un decreto, automáticamente se tiene que validar desde el punto de vista jurídico”.
Patricio Caamaño hizo referencia a los elementos referenciales que se deben tratar en la participación ciudadana, esto es “lo que es la ampliación del polígono, es decir, considerar sectores, como Quinchamalí, que por lo general se deja de lado y es como que pertenece y no a la zona urbana”.
Además, está en los planes anexar nuevos parámetros y herramientas que sean útiles por los próximos 10 años, como incorporar la energía renovables no convencional, por ejemplo, energía solar para dar solución a la problemática de calefacción en invierno.
Asimismo, “la misma comunidad tiene que aportarnos, porque si bien es cierto, estamos terminando un periodo exitoso a nivel nacional -lo que implica el recambio de calefactores, que influye directamente en la mejor calidad del aire y vida de las personas-, eso no quiere decir que podamos aportar a otro tipo de tecnologías, mezclados mucho mejor con Minvu y el Ministerio de Energía”.
En este caso, la idea es que las construcciones que el Estado entrega a la comunidad sea con las mejoras necesarias para que aporte a las medidas de calefacción. “Como Chillán Viejo lo hace, con viviendas con aire acondicionado u otro tipo de forma de calefacción diferente a la leña”, aseguró Caamaño.
Este plan se publicó en el diario oficial el 3 de marzo de 2016, para las comunas de Chillán y Chillán Viejo, como una solución a los registros de alta cantidad de contaminación atmosférica (MP10 y MP2,5) hechos en la estación de monitoreo INIA Quilamapu, y que en 2012 el Ministerio de Medio Ambiente declaró la zona como saturada por material particulado (MP) respirable MP10 y MP2,5.
Polígono del plan
En estos momentos, la zona de aplicación del PPDA corresponde a Chillán y Chillán Viejo, beneficiando a 215.646 habitantes, de acuerdo al Censo de 2017. Aunque, dentro de los anuncios finales de este periodo de Gobierno -en febrero-, hay dos que destacan: “uno es la ampliación de la zona centro de Ñuble, donde hay siete comunas involucradas, no solo Chillán y Chillán Viejo”, aseguró Patricio Caamaño.
Y agregó que “segundo -no sé si alcanzaremos o dejaremos las gestiones listas-, para dejar otra estación de monitoreo portátil, como en San Carlos, para justificar esta ampliación del valle central de Ñuble, que incluirían San Nicolás, Pinto, Bulnes, San Carlos, Pinto, Chillán y Chillán Viejo”.
Estas modificaciones conlleva beneficios como el recambio de calefactores y mejoramiento estructurales en viviendas Asimismo, involucra fiscalización, ya sea para el buen uso y comercialización de leña.
En relación a las estaciones de monitoreo de calidad del aire en Ñuble existen dos fijas, una en en INIA Quilamapu y otra en Purén, y una portátil, en San Carlos. Estas son la base, ya que a partir de sus mediciones se gestiona la creación de políticas públicas de descontaminación.
Cambio de calefacción
El énfasis en realizar los cambios de tipos de calefacción se categoriza como una medida estructural, y viene de la mano con el estado del combustible que se utiliza. En invierno, las mediciones de contaminación atmosférica aumentan y la causa principal, de más del 90% de las emisiones, son las estufas a leña, ligadas al uso de este recurso no certificado y húmedo.
Esta medida es aplicada a nivel nacional, y en 2021 alcanzó a ser en total de entre 18 mil y 18 mil 500 equipos cambiados, “y de eso Ñuble aporta con cerca de 7 mil equipos. Hemos sido destacados por los aportes y las temáticas de educación ambiental y otros elementos que hemos podido acercar a la comunidad”, recalcó Caamaño. Estas cifras están acorde con el programa que señala que en los primeros 8 años se deben reemplazar 20.000 equipos.
La presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Chillán, Cecilia Henríquez, indicó que “la verdad es que esto se ha masificado y ha sido bastante positivo, el hecho que se hagan estos recambios. Lo único malo, es que debiera ser un poco más flexible en puntaje para que puedan tener acceso más vecinos y más gente, porque son pocos los cambios para la clase media y de verdad se necesita, ya que es un gasto alto en leña”.
Las opciones para realizar esta sustitución son sistemas por pellet, kerosene o gas, y desde 2019 se incorporó el sistema de aire acondicionado, que si bien en un comienzo no era el predilecto, con el paso de los años se volvió el preferido.
Texto: Antonieta Henríquez
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