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Uno de los casos de explotación sexual más escabrosos que se hayan alegado en los tribunales de la región es el que comenzó a litigarse el pasado lunes en el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán, contemplando a 14 acusados por delitos de violación, abusos sexuales y producción de pornografía infantil.
De estos 14 acusados, es el padrastro de la joven que hoy figura como víctima. Un profesor con doctorado en Teología, quien ejerció en un establecimiento educacional adventista y en la escuela de la Cárcel de Chillán.
Conforme a la acusación presentada ante el tribunal, los delitos comenzaron a perpetrarse cerca del 2009, cuando la hija de su conviviente tenía solo 8 años de edad y se refieren a la comisión de actos de relevancia sexual realizadas frente a ella.
Estos delitos que permanecieron como un hábito dentro de la dinámica familiar, yendo en escalada en gravedad, puesto que se pasó en poco tiempo a hechos de abusos y violaciones contra la escolar, quien aún no cumplía los 12 años de edad y ya veía que su madre estaba al tanto y consentía estas prácticas, por lo que la menor creció con el convencimiento que se trataba de una opción de vida normal y natural.
Sin embargo, si es que hay otros 13 acusados en esta audiencia, se debe a que con el tiempo, el profesor comenzó a contactar a terceros desconocidos, tanto en redes sociales como en la calle o a través de terceros, quienes se encargaban de buscar a personas que pudieran eventualmente querer participar de estas prácticas y además, dejarse grabar y dirigir por el docente.
“Aquí no se ha determinado en ningún caso que haya habido transacción de dinero ni bienes a cambio de estas prácticas”, explica el abogado Rodrigo Vera Lama, quien defiende a uno de los acusados por participar de estas sesiones, bajo cargos de estupro.
El acusado explica que cuando conoció a la, entonces, adolescente, “era una joven muy alta, muy segura de sí misma y que siempre tuvo el control de la situación. Yo nunca imaginé que era menor”.
Vera Lama, añade que “estamos ante una historia horrenda. Acá lo único que buscaba el sujeto que dirigía esto, era satisfacer sus inconfesables pasiones”.
Pese a que hay sólo 14 personas acusadas, se estima que hay decenas de personas que habrían sido contactadas por el profesor para realizar estos actos, los que incluso incluyeron sesiones grupales, con personas indigentes o con déficit intelectual.
El caso fue investigado por la Brigada de Delitos Sexuales (Brisexme) de la PDI de Chillán, en un caso al que titularon “operación Tailandia”, debido a que el gancho para atraer personas era la práctica de vida saludable y masajes orientales.
La madre de la menor se encuentra condenada en 2023 como cómplice.
El tribunal prohibió la divulgación de nombres, iniciales e imágenes de los involucrados debido a lo delicado del caso.