El pasado domingo fue hallada muerta la activista medioambiental Javiera Rojas en una vivienda abandonada en la ciudad de Calama, región de Antofagasta.
Vecinos del inmueble, que fue demolido por ser un punto de venta de drogas, pero donde algunas de sus habitaciones aún seguían en pie, dieron aviso a Carabineros tras hallar el cuerpo de la ambientalista.
Según las autoridades policiales, Rojas fue encontrada atada de manos y pies, y con múltiples heridas alrededor de su cuerpo.
Diversas figuras políticas se refirieron al confuso fallecimiento de la activista.
A través de su cuenta de Twitter, la diputada Camila Vallejo (PC) manifestó que “el asesinato de la ambientalista Javiera Rojas debe ser esclarecido cuanto antes. Ella luchaba contra la termoeléctrica Prime y el embalse La Tranca; no puede ser que otra activista pierda la vida y quede en la impunidad“..
Además, las parlamentarias del Frente Amplio Marcela Sandoval y Catalina Pérez confirmaron que oficiarán al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y también a la Fiscalía para que se investigue la muerte de la activista y designe un fiscal especial para que pueda esclarecer este caso.
Según informó radio Cooperativa, las dos personas que viven en el inmueble donde se hallaron los restos fueron detenidas como sospechosas del crimen y quedaron en prisión preventiva.