Señor Director:
Recientemente se presentó la actualización de la Estrategia Regional de Desarrollo ERD de la Región de Ñuble, cuya finalidad es transformarse en un instrumento de planificación para definir la “hoja de ruta” en materia de política pública regional durante el próximo quinquenio.
Me llamó poderosamente la atención el argumento utilizado para diferenciar el actual instrumento respecto de su predecesor. En efecto, para la pertinencia e identidad se señala como atributo distintivo el que, su actualización, haya sido encargado a universidades de la región. Extraño argumento si se considera que la totalidad de los integrantes del consorcio de instituciones participantes tienen su casa matriz fuera del territorio regional. A mayor abundamiento, la región dispone de más instituciones de educación superior con presencia regional, una de las cuales tiene presencia exclusiva en Ñuble.
Paralelamente, se omite señalar el grado de involucramiento de los agentes locales que tienen la capacidad de entregar pertinencia e identidad al instrumento. Me refiero a las veintiuna comunas; a los gremios locales; y a las organizaciones sociales, la mayoría ausente en la ceremonia de lanzamiento.
Al parecer, una vez más, habremos construido un instrumento de planificación no validado por la comunidad lo que sin duda atenuará, en gran medida, su eficacia para producir un cambio real en el desarrollo social y económico que demanda la Región de Ñuble desde su creación como tal.
Renato Segura Domínguez