Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y en la región son varias las historias de ñublensinos que se alzan como ejemplos de inclusión en medio de barreras aún existentes. Jóvenes trabajadores que se han integrado plenamente a la comunidad para aportar al desarrollo de la región desde sus distintos ámbitos productivos.
“De acuerdo a los registros y al portal de la Dirección del Trabajo, a octubre de 2022, contamos con 1.095 trabajadores que se encuentran en situación de discapacidad, esto también bajo los parámetros que son personas que son asignatarias de pensión de invalidez las cuales están registradas bajo la Ley 21.015 de Inclusión Laboral. También encontramos personas que no están bajo este parámetro, pero se les reconoce y están registradas como personas con discapacidad”, detalló la seremi del trabajo, Natalia Lépez.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]Si bien como región nueva aún se trabaja en un diagnóstico de la inserción laboral con enfoque inclusivo, la titular regional de la cartera adelantó su análisis. “Es necesario recalcar que el índice actual que existe es bajo y estamos trabajando conjuntamente de manera intersectorial para poder incluir a las personas en situación de discapacidad, dejar de estereotipar, porque el mundo laboral debe ser con enfoque inclusivo”, indicó.
“Hemos realizado 60 fiscalizaciones por programa entre 2021 y 2022 para verificar el cumplimiento de la Ley de Inclusión Laboral. También se ha hecho una campaña de difusión de los dictámenes de la Dirección del Trabajo, donde se fija el sentido y el alcance de estas leyes”, añadió.
Turismo inclusivo
Luciano González (34) es ingeniero en Administración de Empresas y trabaja desde enero de 2020 como encargado de turismo en la Municipalidad de San Fabián. Se moviliza en su silla de ruedas a todos lados, ya que tiene una paraplejia como consecuencia de un accidente que sufrió en una constructora al remolcar con un tractor un camión que había ingresado a un lugar no habilitado.
“Cuando estaba por terminar la pendiente el camión se fue hacia atrás, levantando el tractor de adelante y yo cayendo al suelo y el tractor cayendo sobre mí. Fui aplastado por el tractor, me fracturé la columna a la altura de la cintura, unas costillas y se perforó el pulmón. Quedé con un TEC que me mantuvo 48 horas desconectado. Tuve la pérdida de un pulmón que se recuperó en las semanas posteriores”, recordó.
Tras ese episodio, durante nueve meses estuvo hospitalizado y se sometió a cirugías, luego se rehabilitó y comenzó su nueva vida de estudios y reinserción laboral.
En su trabajo actual en el municipio, debe promocionar y difundir la comuna, apoyar a emprendedores en la formulación y postulación de proyectos, además de entregarles información turística. Una de sus principales preocupaciones es fomentar el turismo inclusivo, darle una mirada distinta a la actividad, para que más empresarios y servicios se sumen a efectuar adecuaciones en sus propuestas para visitantes en situación de discapacidad.
“Cuando llegué, no estaban del todo desarrolladas (condiciones físicas), pero yo me adapto, soy bien versátil a las situaciones tanto de infraestructura como de terreno. Desde el 2017 que estoy viviendo solo, debido a que estaba estudiando en Chillán y para poder estudiar tuve que vivir afuera y adaptarme a la realidad de no contar con infraestructura o los espacios adecuados. Me voy adaptando a estas situaciones. Acá en la oficina igual tienen rampa de acceso, pero aún así la comuna como tal tiene deficiencias en infraestructura y acceso universal, tanto en los servicios públicos como en el mundo privado”, comentó.
Para Luciano, si bien han existido avances en materia legislativa en beneficio de personas con discapacidad, aún hay aspectos que se deben reparar para alcanzar una plena reinserción.
“Existen muchas barreras, prejuicios, porque a las personas con discapacidad nos ven por la discapacidad y no como la persona con la capacidad que podemos tener y eso lleva a una desigualdad en oportunidades de ingresar al mundo laboral y en desigualdad para las remuneraciones. Todavía sigue siendo un tema difícil el poder reinsertarse. Lo otro es que con la Ley de Inclusión Laboral se abren oportunidades para que las personas con discapacidad nos podamos reinsertar, pero muchas veces las empresas no saben cómo hacerlo y otras lo hacen por cumplir, o ya tienen una persona con discapacidad trabajando, pero no brindan las mismas oportunidades o no hay la misma remuneración, porque no te ven por la capacidad, sino por el cumplimiento a la ley en este caso”, sostuvo.
Para Luciano, no existen barreras para crecer en los diversos ámbitos. Este año fue reconocido como el mejor coordinador nacional en turismo y su equipo ha logrado la declaratoria de Zona Interés Turístico de San Fabián y la obtención de la distinción de municipalidad turística. Además, a nivel personal, desea crear, junto a una fisiatra, una organización en pro de defender los derechos de personas con lesión medular.
“Me siento realizado tanto como persona y profesional, el poder estar trabajando para la municipalidad me ha permitido crecer a nivel de currículo, porque estando acá pude optar a un diplomado de Desarrollo Económico Local, a una certificación de Economía Social y Sustentable en la Universidad de Chile y en la actualidad poder estar trabajando en turismo me ha permito realizar mentorías en una incubadora de negocios”, valoró.
Aportar a la reinserción
Para Constanza Retamal (28), su ceguera total de nacimiento no fue un obstáculo para avanzar y asumir nuevos desafíos. Es psicóloga, estudia un diplomado en psicología positiva y a través de su trabajo, en la empresa Sofan, ayuda a otros en condición de discapacidad a ingresar al mercado laboral.
A través del teletrabajo, desde su hogar, camino a Huape, ella los apoya en la formulación de sus currículos, cartas de presentación, les entrega consejos para las entrevistas de trabajo y les refuerza hábitos laborales. Una vez que ingresan a una organización, les hace un seguimiento y si es necesario, con su equipo hacen charlas de sensibilización a las empresas para demostrar que los trabajadores con alguna limitación física o cognitiva pueden aportar igual o más que otros sin ellas.
“El hecho de poder apoyar a las personas en su búsqueda de trabajo es una gran satisfacción. En general, la gente pide que la persona tenga experiencia en un área, pero si no dan la oportunidad ¿cómo la van a tener? Es muy complejo. En el caso de las personas sordas, les ha costado mucho encontrar trabajo, porque no saben cómo se van a comunicar y no se abren a esa posibilidad. En el caso de las personas ciegas también les ha costado, porque piensan que para contratarlos tienen que pagar un lector de pantalla, que vale más de un millón de pesos, cuando eso no es así, porque los lectores son gratuitos y generalmente las personas ciegas ya contamos con nuestro propio computador. Las empresas no tienen que pagar nada, el ajuste es para una homologación, para que el lector sea compatible con las aplicaciones que se utilicen”, comentó.
Según la profesional, la Ley de Inclusión ha ayudado bastante para contratar personas con discapacidad. Sin embargo, señaló que todavía está el prejuicio de que algunas personas con discapacidad no pueden realizar ciertas funciones o que ciertos empleos no son para ellos, sin informarse acerca de cada situación. “Perfectamente podrían pedir un taller de sensibilización, pero tampoco se esfuerzan para tener más información y se siguen dejando llevar por distintos prejuicios. (…) Si hubiesen pensado desde un principio que su infraestructura fuera accesible, ahora no tendrían que pensar el doble para construir la rampa, el ascensor, los baños adaptados”, agregó.
Para Constanza, es compleja la accesibilidad en la urbe debido a que no están las condiciones adecuadas para desenvolverse en forma segura y tranquila, sobre todo, en estas fechas. “Como afortunadamente tengo teletrabajo, es poco lo que me tengo que trasladar. La principal barrera es el tema de la accesibilidad en las calles, porque como están arreglando muchas cosas, veredas disparejas, hay hoyos entremedio, y eso para mí, que uso bastón y para una persona en silla de ruedas, es una barrera, porque podemos sufrir cualquier accidente o chocar con algo y caer”, alertó.
Teletrabajo es un aliado
En febrero de 2017 Eric Ramiroz sufrió un accidente que le dio un giro inesperado a su vida. Un “piquero” mal ejecutado en una piscina en Melipilla le ocasionó una lesión medular que lo dejó con una tetraplejia espástica y en una silla de ruedas para desplazarse. En ese entonces tenía 27 años y se desempeñaba en obras civiles y viales.
Su accidente no lo detuvo, se rehabilitó en el Cesfan de San Ignacio, debido a su edad no podía asistir a Teletón, y comenzó una vida de nuevo de la mano de su pareja, con quien construyó un hogar junto a su hija (5) en Quilmo, en Chillán Viejo.
Desde allí hace teletrabajo a partir de septiembre de 2021 para la empresa Conecta, donde presta servicios de ejecutivo en un call center para Red Salud, agendando horas médicas y dentales a pacientes. Antes de asumir esa labor fue conductor de Uber adaptando su vehículo a la nueva realidad, pero la pandemia puso punto final a esa ocupación, y luego no quiso volver por el clima de inseguridad que dice sentir en las calles.
“Ha sido una buena experiencia, porque por mi condición son pocas las cosas en las que puedo trabajar. Como estoy en silla de ruedas no tengo ni siquiera motricidad fina. Me cuesta mucho escribir con un lápiz, tengo una adaptación en las manos para poder manipular el notebook. Gracias al trabajo, no nos sobra el dinero, pero tampoco nos falta. Me siento realizado, porque cuando uno tiene una condición de este nivel, dependes para todo y si puedes ser un aporte te hace sentir realizado como persona y que sirves para algo. Me ha ayudado para mi autoestima y botar un poco la depresión”, expresó el joven de 32 años.
Para llegar a ese puesto, Eric golpeó varias puertas sin éxito, desechando la posibilidad de encontrar un trabajo presencial dado su grado de dependencia, por esta razón valoró que estos tiempos más empresas se sumen al mundo digital, ya que éste abre un abanico de posibilidades a las personas en su condición, siendo más amigable con sus necesidades.
“Siempre tendría que depender de alguien, pero con teletrabajo puedo quedarme solo en casa. En la empresa que estoy la gran mayoría está en teletrabajo. No han vuelto a presencial, son muy pocos los que están así. Llegó para quedarse. Gracias a Dios, de todo lo malo de la pandemia, es lo bueno que ocurrió. Se hizo masivo, de hecho, estoy en LinkedIn y hay mucho teletrabajo para personas en discapacidad. A muchas personas como yo nos costaría mucho trabajar en presencial, y se nos ha facilitado más con el teletrabajo. Las empresas tienen que hacer muchas adaptaciones, como baño adaptado, rampas, tienen que hacer muchas modificaciones”, sostuvo.
Eric espera que se derriben obstáculos y que los empleadores se abran a la posibilidad de generar más espacios para personas con diferentes grados de discapacidad.
“Soy un ejemplo vivo de que puedo aportar lo mismo o más a una empresa que una persona que no tiene ningún grado de discapacidad. De hecho, en la empresa que estoy no he tenido llamados de atención por incumpliendo de horarios o en el control de calidad, sino solo felicitaciones por mi desempeño”, manifestó.
Eric Ramiroz
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