Estimaciones de analistas y de los partidos políticos apuntan a una participación electoral en la jornada de hoy en torno a un 20-25% del padrón, lo que ronda la mitad de la que se registró en las pasadas elecciones de constituyentes, alcaldes, concejales y la primera vuelta de los gobernadores regionales.
Y si bien la comparación no es justa, pues en los comicios del 15 y 16 de mayo se disputaba más de una decena de cargos en cada comuna, se trata de un hito histórico, pues por primera vez se elegirán los gobernadores regionales.
Lamentablemente, algunos medios de comunicación, principalmente la televisión, han presidencializado esta elección, opacando su trascendencia para el proceso descentralizador que tímidamente se desarrolla en el país. A eso contribuyó, además, que los presidenciables recorrieran el país para brindar su apoyo a los postulantes en cada región.
Salvo por la pugna en la Región Metropolitana, que algunos ven como un apronte de lo que podría ser la segunda vuelta presidencial, la elección de gobernadores regionales ha pasado a un segundo o tercer plano de la pauta de los noticieros nacionales.
Pero no sería justo tampoco endosarle la pereza cívica de los chilenos individualistas al rol de los medios de comunicación. Por supuesto que hay otros factores relevantes, como la desafección hacia la política partidista que se observa en vastos sectores de la ciudadanía y que está vinculada también con el desprestigio de las instituciones y una generalizada percepción de injusticia social. A ello se deben sumar tres elementos no menos importantes: el temor al contagio de Covid-19, pese al avance de la vacunación; la baja adhesión que generan los candidatos en algunas regiones y aunque cueste creerlo, la ignorancia: muchos chilenos no saben qué cargo se elige hoy, e incluso, no son pocos los que desconocen que se celebra una elección.
En la región de Ñuble, la participación electoral en la doble jornada del 15 y 16 de mayo apenas llegó al 42,7%, similar a la registrada en el Plebiscito de 2020, en que llegó a 42,4%. Lo que ocurra hoy en materia de participación también dependerá de cuánta gente logren convocar los candidatos a gobernador, de si fueron capaces de transmitir la importancia de esta elección, así como de sus capacidades, de su historia y de la confianza que generan en la ciudadanía.
Por ello se valoran aquellas medidas que buscan facilitar el cumplimiento de este deber cívico que, por ahora, es voluntario. Por ejemplo, la suspensión de algunas restricciones a los desplazamientos que rigen en pandemia, o la disposición de transporte público gratuito para quienes viven en zonas rurales.
Pero eso no es suficiente. Serán necesarias muchas horas de educación y una revalorización de la labor pública y de los entes políticos de la mano de la recuperación de la confianza, para que la ciudadanía se sienta verdaderamente comprometida con el acto de sufragar, un derecho que solo se valora cuando se pierde.