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En la adenda publicada el 2 de septiembre, la empresa Cultivos Pelícano S.A., respondió a las observaciones realizadas por organizaciones y la Municipalidad de Cobquecura en relación a los cinco proyectos de centros de cultivos acuícolas que la firma pretende instalar en las costas de Cobquecura, resistidos por la comunidad.
Luego de desistir de tres centros y que dos proyectos fuesen rechazados por la Comisión de Evaluación Ambiental de Ñuble, Pelícano cambió de estrategia y decidió eliminar el cultivo de tres mil toneladas de salmones en jaulas, y conservar solo los de la especie cojinova del norte, combinada con mitílidos (moluscos) y microalgas.
“La presente adenda complementaria rectifica información y aclara que este proyecto cultivará el pez nativo cojinova del norte, descartando totalmente el cultivo de especies salmonídeas. En lo concerniente a la extensión, magnitud o duración de los impactos ambientales generados, se informa que este cambio implica la renuncia de una biomasa de cultivo de salmones de 3.000 toneladas, trabajando 1.900 toneladas de peces por ciclo productivo de la especie endémica cojinova. De esta forma se reducirá la pérdida de alimento y heces, por lo que la generación de material orgánico se reducirá considerablemente”, exponen las observaciones de los cinco proyectos.
Observaciones
El viernes pasado la Municipalidad de Cobquecura planteó observaciones a los cinco proyectos, en las que se mostró en desacuerdo con el cambio de Pelícano. “El titular señala que eliminó el cultivo de peces salmonídeos en sus proyectos. Sin embargo, es necesario señalar que el cultivo de cojinova en altamar se desarrolla a escala industrial, sin embargo menciona universidades y Fundación Chile, como centros de producción exitosos. A saber, estas instituciones realizan este tipo de cultivos de manera experimental. El éxito del cultivo de cojinova es una realidad en pruebas piloto, pero no ha pasado a ser un cultivo industrial”, exponen.
Y precisan que “a escala industrial se requiere un sistema de reproducción continua donde falta aún más experiencia que en la etapa de engorda. Los graves problemas que enfrenta la industria del salmón no se observaron en las experiencias iniciales para aquella especie, sino en su etapa industrial. Si el titular menciona el éxito del cultivo industrial, se solicita indicar permisos sectoriales existentes entregados en Chile, nombre, ROL y ubicación de las empresas y centros que realizan este tipo de cultivo a escala industrial”.
El municipio concluye que la adenda “carece de información relevante o esencial para una correcta evaluación, que no puede ser subsanada mediante observaciones y/o rectificaciones. Y solicitó que “el proyecto no sea recomendado para su aprobación mediante Resolución de Calificación Ambiental o se le ordene reingresar al Sistema de Evaluación Ambiental bajo Estudio de Impacto Ambiental, o a lo menos, se genere un nuevo Icsara, a partir de todos los antecedentes entregados”.
El acalde Julio Fuentes, sostuvo que “frente a eso nosotros exigimos un estudio nuevo porque están cambiando el origen de lo que plantearon. En el fondo es una estrategia porque después quién va a supervisar si son salmoneras o si son otro tipo de cultivos. Cualquier proyecto que pretenda instalarse en nuestro borde costero y que atente contra nuestra opción de crecimiento a través del turismo, contará con nuestro rechazo”.
La comunidad realizó un desfile donde participaron alrededor de mil personas para protestar contra los proyectos acuícolas. Cristóbal Bustos, vocero de Todos Somos Cobquecura, evaluó que “el cultivo de cojinova igualmente generará cargas ambientales porque también alimentarán a los peces intensivamente y caerán restos de comida y excremento en el fondo marino”.