Pedrito y el fascismo

Señor Director:
La historia de Pedrito y el lobo es bastante conocida, pero vale que la recordemos, trata de un pastor que, por diversión, alerta al pueblo sobre la llegada de un lobo que amenaza con devorar a sus ovejas. Los aldeanos, preocupados, acuden a ayudarlo, solo para darse cuenta de que todo era una broma. Esta situación se repite varias veces, y al final, el pueblo, cansado de las falsas alarmas, deja de creer en Pedrito. El desenlace llega cuando el lobo aparece de verdad, pero esta vez, nadie responde a sus gritos de auxilio.
Esta fábula puede servir como una buena analogía para reflexionar sobre cómo ciertos sectores de la izquierda utilizan el término fascismo. A veces, se usa esta palabra de manera indiscriminada para referirse a movimientos de derecha conservadora o de ultraderecha, incluso cuando no se ajustan a las características históricas y políticas del fascismo.
Como fuerzas democráticas, es crucial que reflexionemos sobre el peso de nuestras palabras. Si acusamos de fascismo a todo movimiento de derecha, corremos el riesgo de que, cuando el verdadero fascismo aparezca, nuestras advertencias ya no sean tomadas en serio. No debemos repetir el error de Pedrito: la credibilidad es un recurso invaluable en la defensa de la democracia y, tal vez, como izquierda, lo hemos estado perdiendo.
Marcos Quezada Venegas
Presidente Juventud Socialista Comunal Chillán