El avance de la mayor parte de Ñuble a la fase 4 del Plan Paso a Paso, ha motivado una enorme demanda de público en los centros turísticos, principalmente los ubicados en Las Trancas y Termas de Chillán, donde la ocupación la semana pasada bordeaba el ciento por ciento. Sin embargo, esta positiva afluencia, que puede ayudar a salvar cientos de pymes que llevan más de un año cerradas, también nos ha vuelto a mostrar las debilidades y desafíos que tiene este destino, el único de carácter internacional que tiene la Región.
De hecho, contar con un sistema de agua potable en Las Trancas sigue siendo una demanda pendiente, no solo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino como un requisito para proyectar el desarrollo turístico de una localidad que reúne más de 3.600 camas registradas y una cifra indeterminada de hospedajes informales y segundas viviendas.
Resulta incomprensible que un destino que concentra en promedio un 80% de las pernoctaciones en la región, no cuente con un servicio tan básico como una red pública de agua, y para qué hablar del alcantarillado, un tema que también conocen bastante en otras localidades que aspiran a captar más turistas.
En ese sentido, cualquier apuesta por el desarrollo sustentable del sector turístico en la región chocará con un obstáculo insoslayable: la precaria infraestructura sanitaria de los principales destinos.
Y si bien en Cobquecura y Quillón se ha logrado avanzar en materia de agua potable y alcantarillado, en la zona costera la cobertura sigue siendo muy limitada, razón por la que el Plan de gestión de la Zona de Rezago Valle del Itata identificó la variable sanitaria como uno de los nudos críticos para el desarrollo de dicho territorio y definió una cartera de inversiones por $17.800 millones en obras de saneamiento.
En el caso de Las Trancas, donde los enjambres de mangueras conectadas a vertientes son la expresión de la precariedad e improvisación, aún no hay claridad de cuánto cuesta dotar de agua potable y alcantarillado a este sector, pero sí hay un cronograma de trabajo que se extiende por más de cinco años y que comenzó con la firma de un convenio entre el Gobierno y Essbio que hará el estudio de ingeniería básica, a lo que deben agregarse la elaboración y presentación del proyecto por parte de la municipalidad de Pinto, la aprobación de recursos y la solicitud de concesiones, entre otras tareas que anteceden a la construcción, prevista para 2026 0 2027.
Pensar el desarrollo turístico exige una mirada integral del territorio, considerando todas las necesidades de los visitantes, como la buena calidad de los servicios y del equipamiento, una moderna red vial con señalética y mantención apropiada, conectividad digital, seguridad, una oferta diversificada y con valor agregado, y por supuesto, la infraestructura sanitaria, algo que debiera darse por descontado. Es por ello que si Ñuble pretende potenciar el turismo como uno sus ejes de desarrollo, será fundamental que el sector público y el privado sean capaces de trabajar en conjunto en la identificación y superación de aquellas debilidades que hoy constituyen un freno para el logro de ese objetivo, como contar con agua potable y alcantarillado.
